Hace más de cinco años que llegó un flamenco a Camuy, donde se estableció en una charca en el barrio de Yeguada. Pinky, como lo han bautizado, llegó como un juvenil y en vez de irse durante la primavera, se quedó en el lugar.
Ocasionalmente, cuando no hay suficiente agua en la charca que ha adoptado como su casa, se mueve entonces a la charca Amador, frente a la villa pesquera, o a charcas del caño Tiburones, en Arecibo. De más está decir que el ave se ha convertido en un atractivo para locales y turistas.