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La espinita de escribir sobre ciencias: cómo me hice voluntario de CienciaPR

Imagen de Wilson Gonzalez-Espada
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La publicación del libro "Ciencia Boricua" fue una de las iniciativas en las que Wilson ha estado involucrado con CienciaPR.

El 20 de marzo del 2007 es un día único en mi carrera profesional. Ese día salió publicado en la sección de ciencia de El Nuevo Día el primer artículo científico que escribí, bajo el título “Blanco de gripe aviar las aves domésticas”. Tres semanas más tarde, el 2 de abril, salió publicado mi tercer artículo. Éste, llamado “Plutón va al sicólogo,” es especial ya que fue el primero de muchos en el que usé la técnica de “ficción científica” y el humor para educar sobre conceptos de ciencia, en este caso por qué a Plutón lo sacaron de la lista tradicional de planetas.

Ninguno de esos, o de los cientos de artículos que he escrito y que han salido en periódicos como El Nuevo Día, Diálogo de la Universidad de Puerto Rico, Periódico Claridad y Nuevo Periódico de Caguas, hubieran sido posibles sin las colaboraciones que ya Ciencia Puerto Rico tenía establecidas con esos y otros medios de comunicación de la Isla.

¿Cómo estoy seguro de que esos artículos no hubieran existido sin Ciencia Puerto Rico? Pues porque en el 1998 yo traté y no se dió. Aquí va la triste historia.

En mayo del 1998 terminé mi año académico como profesor de física y matemáticas del Instituto Tecnológico de Puerto Rico en Ponce. Ya me habían aceptado para el programa doctoral en educación científica en la Universidad de Georgia, Athens. Pero yo, presenta’o al fin, quería hacer algo distinto ese verano. Con mi cara fresca, escribí una carta a los editores de El Nuevo Día indicando mi disponibilidad para hacer algún tipo de internado de verano donde podría escribir notas científicas. Junto con mi resumé, envié la carta en un sobre y esperé una respuesta…

Y esperé…

Y esperé…

No recuerdo si me contestaron o si una tarde llamé y alguien del periódico me dijo que ellos no tenían internados como el que yo quería.

Pero esa espinita de escribir artículos científicos sobre ciencia e investigadores de Puerto Rico se quedó clavada en mi subconsciente comunicador. Me frustraba ver que casi todos los artículos de la sección de ciencia eran escritos por personas ajenas a la Isla y de lugares como Prensa Asociada o EFE. Los mismos eran interesantes, pero describían tierras lejanas y científicos extranjeros, y poquísimas veces leí sobre un investigador local o un enigma científico boricua.

No es hasta finales del 2006 que conocí sobre Ciencia Puerto Rico. Comencé a conversar con Daniel Colón Ramos, Mónica Feliú Mójer y Marcos López Casillas, el cual me contactó para escribir un perfil biográfico sobre mi carrera y, en particular, un artículo que había publicado en la revista profesional “Physics Education”. Ese artículo explicaba cómo las propiedades conductoras y aislantes de ciertos materiales, junto a la conducción, convección y radiación del calor, hacían que los iglúes de los esquimales se mantuvieran relativamente tibios adentro aunque la temperatura exterior fuese extremadamente fría.

Ahí es que me enteré de que Ciencia Puerto Rico buscaba científicos para escribir artículos en El Nuevo Día y de que compartían mi visión de que la comunicación científica, desde una perspectiva isleña, es esencial para la educación de un pueblo. Inmediatamente sentí un calambre en la vieja espinita, recordándome que todavía estaba allí.

Resulta que los artículos para el periódico fueron el principio de una productiva colaboración con Ciencia Puerto Rico. Luego surgieron proyectos como el libro “Ciencia Boricua”, los talleres para maestros, las publicaciones, y muchas otras iniciativas que llenan un vacío y educan a los estudiantes y al público en general sobre la ciencia, de excelente calidad, que se hace en Puerto Rico y los científicos que están a la vanguardia de la misma.

Hoy celebro el 10mo aniversario de Ciencia Puerto Rico y les agradezco por la oportunidad de colaborar con ellos a través de mis humildes contribuciones periodísticas. Sé que tienen impacto; varios científicos se han comunicado conmigo agradeciendo la publicidad y visibilidad de sus investigaciones. Otros científicos, periodistas profesionales y blogueros ahora escriben notas científicas, algo que no era muy común antes.

¿La moraleja de la historia? Nunca dejes ni espinitas subconscientes sin resolver ni sueños sin realizar.

Si eres científico o aficionado de la ciencia, todavía estás a tiempo de ser miembro de Ciencia Puerto Rico y colaborar con la iniciativa de escribir artículos para los periódicos. Comunícate conmigo a w.gonzalez-espada@moreheadstate.edu para más detalles.

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