Agua sucia en la puerta

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Por Gloribel Delgado Esquilín / Especial para El Nuevo Día endi.com El rumor de las olas en esa esquinita del Viejo San Juan enamora a cualquiera. Hace siglos fue una de las principales puertas por donde pasaban los gobernantes y los obispos en sus ceremonias de tomas de posesión a la Fortaleza. La Puerta de San Juan es la puerta más cercana a la residencia del Primer Mandatario y uno de los puntos favoritos de turistas, parejas de enamorados, giras escolares y deportistas. Lo que pocos saben es que a unos pasos de ese punto histórico se encuentra una descarga de aguas usadas que, según los científicos, tiene efectos adversos en la vida marina y la salud de los bañistas que se atreven a meterse en esas aguas. Justamente en el muellecito de madera que descansa cerca de la Puerta de San Juan existe una antigua tubería que descarga 30% de las aguas usadas de San Juan en los días de lluvia. Incluso, por ese sistema de alcantarillado combinado, en el que se mezclan las aguas sanitarias con las aguas de lluvia, se liberan aguas usadas de la Fortaleza. “La Fortaleza está en esos 30%”, confirmó la ingeniera Wanda García, directora del Área de Calidad de Agua de la Junta de Calidad Ambiental. Según explicó la funcionaria, originalmente estos sistemas de alcantarillados eran combinados y es muy costoso removerlos, ya que conlleva la remoción de varias calles cubiertas por los históricos adoquines, entre otros requisitos de ingeniería. Sólo el 70% Del casco de San Juan sólo el 70% del sistema de alcantarillado está conectado a la planta de tratamiento de Puerto Nuevo. Entonces, cuando hay precipitación, los sistema de alcantarillados comienzan a recibir agua de lluvia que se mezcla con las aguas sanitarias y van a parar a la bahía cuando se sobrecarga el sistema, explicó el científico ambiental Luis Jorge Rivera Herrera. Estas descargas de aguas crudas carecen de monitoreo, reconoció García. El Gobierno no tiene dinero para evaluar la calidad de todas las costas, menos en esta zona frente a la Puerta de San Juan que no es un área clasificada como bañable. No obstante, en el área se han observado bañistas, y los pescadores del área aceptaron que en ese lugar sólo pueden capturar una que otra sardinita que utilizan como carnada. Insólita actitud Para algunos ambientalistas y expertos en el tema resulta insólito que frente al lugar que es la vitrina de Puerto Rico al mundo haya una descarga que agrede el medio ambiente. La Fortaleza tendrá que lidiar con esta realidad si le interesa completar los requisitos para convertirse en un edificio verde, sugerencia que le hizo la comunidad científica hace unos meses. Un edificio verde es un una instalación cuya infraestructura en general permite reducir el impacto ambiental en general. No es la primera vez que se discute este problema de La Fortaleza, dijo el arquitecto Fernando Abruñas, que ha tenido a su cargo más de 40 remodelaciones en el casco de la ciudad. Hace cinco años, Abruñas recomendó a la Autoridad de Acueductos y Alcantarillados (AAA) que atendiera el problema. La petición cayó en oídos sordos. “Es un poco complicado, porque habría que cambiar la tubería y sacar adoquines para hacer los cambios. Es un proceso costoso”, reconoció Abruñas, quien ha sido contactado en varias ocasiones por la Fortaleza para hacer consultorías ambientales. Tan reciente como hace varias semanas, lo llamaron para solicitar su asesoría.