Amigo de la causa ambiental el Colegio San Ignacio

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Por Josefina Barceló Jiménez / jbarcelo@elnuevodia.com El Nuevo Día El Colegio San Ignacio de Loyola se encamina a transformar a la institución en una Escuela Verde (“Green School”). Recientemente, instalaron dos sistemas de energía solar fotovoltaicos para tres edificios del colegio y cambiaron todas las luminarias del plantel escolar. Así disminuyeron el consumo de energía generada por métodos convencionales y, a su vez, utilizan las instalaciones como laboratorio para fomentar el uso de las tecnologías renovables en los estudiantes. “El colegio aspira a servir de ejemplo a otras instituciones educativas y a la comunidad, dando ejemplo de su compromiso con el desarrollo sustentable”, expresó el Rev. Padre Mario Alberto Torres, S.J., presidente del colegio. Según el padre Torres, en el 2007 le solicitaron al Recinto Universitario de Mayagüez que hiciera un estudio energético en el colegio. “Nos presentaron siete propuestas que podíamos implementar; entre ellos el sistema fotovoltaico y el uso de biodisel, entre otras. Todo esto vino acompañado con un componente educativo”, sostuvo. Una vez estudiaron las alternativas, decidieron comenzar con dos de ellas. Instalaron un sistema fotovoltaico en el Complejo Cultural, en un área de techo de 2,822 pies cuadrados. Consiste de un total de 144 paneles fotovoltaicos de 175 vatios, con capacidad total de 26 kilovatios. Además, cuenta con dos inversores y un sistema remoto de monitoreo. En la parte educativa, se utilizó este sistema de monitoreo para trabajar en la unidad de electricidad del curso de física con los grupos de noveno y duodécimo grado. También están desarrollando más módulos de actividades que se incorporarán al currículo de ciencias. Para los estudiantes, el cambio que se está haciendo en la escuela de utilizar energía renovable y el reemplazo de todas las luminarias, es un gran ejemplo para todos. “Tiene un efecto multiplicador. En casa estamos ahorrando también. Cambiamos todas las bombillas, apago las luces cuando no las estoy usando y hasta ahorro agua. Estoy más consciente”, dijo Julio Carrera, estudiante del duodécimo grado de San Ignacio.