Antídoto contra el miedo aprendido

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Por Ricardo Cortés Chico / rcortes@elnuevodia.com endi.com Un estudio desarrollado por dos neurocientíficos de la Escuela de Medicina en Ponce encontró que la corteza prelímbica del cerebro regula los miedos aprendidos en los animales. Este descubrimiento podría ampliar las posibilidades de tratamiento a personas que padecen de trastornos de estrés postraumático y otros trastornos de ansiedad, ya que sugiere que con la manipulación de esta parte del cerebro se podrían controlar los miedos aprendidos, sin afectar aquellos reflejos innatos, necesarios para la supervivencia de cualquier organismo, explicó el neurocientífico que dirige el proyecto, Gregory J. Quirk. “Estos resultados significan que se puede tratar estos desórdenes de ansiedad efectivamente y sin afectar aquellas áreas que son importantes para sobrevivir. Mucha de la gente que sufre desordenes de ansiedad, como el estrés postraumático, logran progresar y superar la condición pero hay una minoría significativa que no lo logran y siguen con el miedo. Esto podría ampliar más las posibilidades”, dijo Quirk. El científico explicó que tradicionalmente el control y el procesamiento de las emociones como el miedo eran atribuidas casi exclusivamente a la amígdala cerebral. Este estudio, publicado esta semana en la revista The Journal of Neuroscience, básicamente altera esta concepción al atribuirle a la corteza prelímbica un rol importante en el control de los miedos aprendidos. Kevin Corcoran, uno de los científicos que desarrolló el proyecto, explicó que en el estudio, le enseñaron a las ratas a asociar un sonido que se prolongaba por 30 segundos con un choque eléctrico. Al día siguiente del aprendizaje, repitieron el sonido pero sin el choque eléctrico. Esto motivó que las ratas se paralizaran o “congelaran”, lo cual es una señal de miedo, durante el 70% de la prolongación del sonido. A otro grupo de ratas, a las que también se le había enseñado a asociar el sonido con el choque eléctrico, se le administró en la corteza prelímbica una pequeña dosis de la droga, Tetrodotoxin, que bloquea la actividad cerebral por un periodo corto de tiempo. Al repetir el sonido, sólo el 14% de las ratas permanecieron inmóviles. Sin embargo, el miedo innato o natural de las ratas no resultó afectado con el “bloqueo” de la corteza prelímbica, ya que prácticamente todas permanecieron inmóviles ante la presencia de un gato. Quirk explicó que este estudio, auspiciado por el Instituto Nacional de Salud Mental, se llevó a cabo en colaboración con la Universidad de Harvard. Esta institución universitaria estará encargada de corroborar estos resultados pero con humanos con trastornos de ansiedad para ver si, como se presume, la corteza prelímbica de las personas tiene exactamente el mismo rol que en las ratas. Actualmente, alrededor de 13 millones de estadounidenses en algún momento de sus vidas han sufrido algún tipo de trastorno de ansiedad. Esto es diagnosticado cuando la ansiedad en una persona es tan intensa que interfiere drásticamente con su calidad de vida. Según datos de la Organización Mundial de la Salud, este es el segundo motivo de consultas siquiátricas y sicológicas.