Aprendizaje total al aire libre

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Por El Nuevo Día endi.com Compromiso total con la Madre Naturaleza. Ese fue el juramento que hicieron ayer ante padres, familiares y miembros de la comunidad una veintena de niños que participó en el taller de inmersión con la Naturaleza, celebrado en la Reserva Natural Las Cabezas de San Juan, en Fajardo. En el cierre de la actividad, los niños se comprometieron a cuidar la Naturaleza, y en particular, a recoger la basura en las costas, reducir la contaminación lumínica, y orientar a sus padres, amigos y demás miembros de comunidad sobre lo que aprendieron durante estos cinco días en el taller, auspiciado por el Fideicomiso de Conservación de Puerto Rico (FCPR). “Mi compromiso con la Naturaleza es reducir la contaminación lumínica, cuidar el ambiente, recoger la basura en nuestras costas y enseñar a las personas la importancia de proteger el ambiente”, dijo Ángela Sofía Santiago, de 10 años, y vecina de San Juan. Al cerrar el taller, el director ejecutivo del Fideicomiso de Conservación, licenciado Fernando Lloveras, instó a los niños a continuar educándose para convertirse en líderes ambientales para ayudar en la conservación y protección del ambiente. “Algunos de los niños me preguntaron sobre cuándo haríamos talleres para sus padres. Y creo que eso es una buena señal”, dijo. El tema principal de los talleres de inmersión, que se realizaron en un lugar restaurado y convertido en museo de historia natural por el Fideicomiso de Conservación, es la conservación de nuestra naturaleza. Durante esos días, los niños viajaron al manglar y luego a la playa, donde pasearon en kayak por todo el litoral costero con el fin de practicar una actividad recreativa sin dañar el medio ambiente, además de conocer los organismos que habitan las praderas de thallasia. Además, caminaron por el Bosque Seco con el fin de ver un ecosistema que contiene una gran biodiversidad, identificando aves, árboles, insectos, sonidos y hasta olores. Los niños caminaron por la Playa Rocosa, y en otro recorrido en el manglar, aprendieron a identificar los cuatro tipos de mangle y su importancia para los organismos que viven el y para el propio ser humano. En la noche visitaron la Laguna Grande, que ubica en esa reserva, y aprendieron sobre el fenómeno de la bioluminiscencia. En la actividad, se reconoció la labor de Esther Díaz, también coordinadora del Taller, quien por 15 años, desde que se iniciaron los talleres, ha estado a cargo de los líderes ambientales del grupo.