Por Joanisabel González / joanisabel.gonzalez@elnuevodia.com endi.com En días recientes, el calentamiento global y sus devastadoras consecuencias para la humanidad han dominado la discusión pública. Sin embargo, a juicio de Ramón Pérez, presidente de First Insurance Group y un veterano de la industria de seguros local, se habla muchísimo sobre el cambio climático, pero poco se hace. “La gente piensa que (el calentamiento global) es un problema que tienen que resolver otros, algo que tiene que atenderse por el gobierno o por las grandes empresas”, dijo Pérez. “La gente vive al lado del tren, pero no lo usa”, ejemplificó el productor de seguros, siendo el alto consumo de energía y combustible uno de los aspectos que más ha influenciado sobre la calidad del medioambiente, lo que a su vez denota la falta de compromiso o interés en contribuir al medioambiente en una buena parte de la sociedad. Quienes no le han perdido el rastro a las opiniones científicas-quienes han esbozado consecuencias desastrosas por el alza drástica en el nivel del mar y la formación de fenómenos atmosféricos de mayor intensidad-son las aseguradoras y reaseguradoras. “Las grandes reaseguradoras están desarrollando modelos actuariales para incluir todos esas aspectos”, agregó Pérez, al señalar que la industria de seguros “está bien preocupada por la frecuencia y severidad de los posibles eventos catastróficos” que puedan ocurrir en el futuro. De hecho, varias de estas entidades han analizado el impacto financiero del cambio climático. Uno de estos reportes, preparado por la Asociación de Aseguradoras Británicas hace dos años, estimó que para el año 2080, las pérdidas asociadas a los tres tipos de tormentas más comunes, huracanes, tifones y tormentas de viento, pudiera implicar pérdidas anuales de $27,000 millones. Según el reporte, en el caso de los huracanes que afectan nuestra región, por ejemplo, las pérdidas aseguradas, ocasionadas sólo por vientos, pudieran rondar entre $100,000 y $150,000 millones para ese mismo año. Tales cifras serían equivalentes al impacto causado en la misma temporada, por dos o tres huracanes de la intensidad del huracán Andrew que azotó la Florida en 1992. De aquí que Pérez, al igual que muchos otros conocedores, prevea un aumento en el precio de los seguros catastróficos. “El mercado tiene sus ciclos, pero a largo plazo, las compañías están más cautelosas en cómo exponen su capital, esto del calentamiento global, si los científicos tienen razón, tiene un potencial mayor y pudiera ser mayor que otros eventos como los asbestos y los contaminantes en la década de 1970”, indicó. Asimismo, Pérez señaló que no sólo se producirían aumentos en primas sino que aumentarían las exclusiones en este tipo de seguro, dando como ejemplo, que luego de los atentados terroristas en Nueva York, decenas de aseguradoras procedieron a excluir de las pólizas los daños causados por terrorismo.