Brilla el desconocimiento sobre el mar

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Por Cynthia López Cabán / End.cynthia.lopez@elnuevodia.com endi.com Aunque los puertorriqueños viven rodeados de playas, no han desarrollado una cultura orientada a entender este recurso natural, que paradójicamente constituye una de las actividades recreativas favoritas de los isleños y una pieza clave de la economía local. La falta de conocimiento también lleva a muchas personas a entrar en un estado de histeria cuando surgen incidentes propios del entorno marino, como la presencia de especies marinas cuyo acercamiento a la orilla no es común. Este es el caso de peces sábalo en el Condado o la mordida que sufrió una niña mientras disfrutaba de la playa en Isla Verde, situaciones documentadas en la prensa en las pasadas semanas. Sobre esos casos se especuló con diferentes especies, como tiburones y barracudas. Esta falta de educación y responsabilidad por el ambiente acuático también la validan los números. Según la bióloga marina Álida Ortiz el 85% de los puertorriqueños no sabe nadar. Los cursos de natación, en una Isla con sobre 230 playas, tampoco son requisito en las escuelas del País. Esto a pesar de que las visitas a esos balnearios son cada vez más comunes. El año pasado las 12 playas que administra la Compañía de Parques Nacionales recibieron tres millones de visitantes. La falta de apego por la playa, además, convierte a muchos de los visitantes en huéspedes ingratos, que no respetan las reglas básicas de civismo como no arrojar basura o colillas de cigarrillo en la arena o el agua. “Es normal encontrar este tipo de especie en el agua, ese es su hábitat. Nosotros somos lo que estamos invadiendo su espacio”, afirmó la bióloga marina sobre los recientes avistamientos de especies marinas. “No son exóticos, ni están fuera de su ambiente. Nosotros somos los que estamos de visita en esos espacios”, agregó la también asesora de la Compañía de Turismo. Tanto el biólogo marino Omar Rodríguez como Ruperto Chaparro, director del programa Sea Grant de la Universidad de Puerto Rico en Mayagüez, aseguraron que la mordida que sufrió la niña en la playa de Isla Verde y que necesitó 51 puntos de sutura es un caso aislado. “Me inclino a pensar que fue una picúa grande. El tiburón tiene por costumbre agarrar y arrancar”, dijo Rodríguez. Las autoridades todavía no han podido precisar qué animal marino atacó a la menor, pero ante la situación, lo primero que piensan los bañistas es en el tiburón, una de las especies más temidas por la humanidad porque el conocimiento que poseen del animal está fundamentado en las experiencias del cine de Hollywood. Sin embargo, ambos reiteraron que las playas son espacios seguros, pero que los bañistas deben saber que cuando incursionan en el agua se exponen a encontrar tortugas, delfines, aguavivas, erizos y corales de fuego, entre otras especies. El erizo tiene espinas peligrosas y este tipo de coral causa quemaduras. Los tiburones suelen acercarse a las costas y áreas llanas en busca de alimento o en época de reproducción, aclararon varios expertos consultados por El Nuevo Día Domingo. Luego de parir, los tiburones dejan a su cría en aguas llanas cercas de arrecifes de coral, donde son más propicias las condiciones de alimentación y supervivencia, explicó Rodríguez. La desaparición de los arrecifes de corales, hogar de muchas especies marinas de las cuales se alimentan los tiburones, podría atraer a éstos a las costas en busca de comida. Las apariciones de los tiburones tienden a ser cíclicas, según el oceanógrafo Antonio Mignucci, quien recordó el 2001, un año en el que los acercamientos de los tiburones a las costas de Florida acapararon titulares. Los ataques de estos depredadores son poco probables aun en la Isla. En Puerto Rico no se ha reportado en décadas un ataque de tiburón en la orilla. De acuerdo con Chaparro, los pocos casos de mordidas y ataques reportados involucran a personas que estaban pescando tiburones con arpones.