Career Award recae en catedrático de Ingeniería Eléctrica

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Por Idem Osorio idem.osorio@upr.edu PRENSA RUM Su idea para transformar e innovar a escalas minúsculas le permitió obtener uno de los premios de mayor renombre y competitividad en Estados Unidos que concede la Fundación Nacional de la Ciencia (NSF, por sus siglas en inglés). Esta vez la distinción recayó en el doctor Nelson Sepúlveda, catedrático auxiliar del Departamento de Ingeniería Eléctrica y Computadoras del Recinto Universitario de Mayagüez (RUM). El Career Award de la NSF le fue conferido a Sepúlveda por su propuesta Development of Vanadium Dioxide-based Focal Planar Arrays por la cual recibió una subvención de $400 mil que utilizará en un periodo de cinco años para ampliar y completar su investigación. “El reconocimiento es bien satisfactorio, llena a uno de ánimo a seguir trabajando”, aseguró el Catedrático al tiempo que reconoció como parte integral del esfuerzo, al profesor Félix Fernández, del Departamento de Física del RUM, quien no solo aportó en el desarrollo de la idea, sino que facilitó a Sepúlveda el uso de su laboratorio. El investigador principal aseguró que esa colaboración con su colega fue esencial porque fue un ejemplo claro de cómo la ciencia y la ingeniería se unieron en el desarrollo de una tecnología innovadora y transformadora. “La ingeniería necesita de los conceptos fundamentales básicos científicos para maximizar y entender todos los fenómenos y optimizar el rendimiento de lo que se diseñe”, destacó. Precisamente, la propuesta Career del doctor Sepúlveda consta de una nueva tecnología para sensores cuya información se puede utilizar para crear imágenes termales. Según explicó el investigador, el nuevo principio o mecanismo de operación se descubrió aquí y sobrepasa las expectativas de la tecnología existente, un factor clave en la otorgación del premio. De hecho, agregó que se sometió una solicitud de patente basado en este fenómeno innovador. “Es tan amplio lo que puede lograr que es posible que yo no sepa todas las aplicaciones que pueda tener, pero para mencionar ejemplos podemos estar hablando de actuadores o microsistemas capaces de realizar sus funciones a una escala mucho mayor y con un tamaño tan pequeño que quepa en la punta de un alfiler. Hablamos de sensores termales con más del doble en resoluciones, como gafas de visión nocturna, o sensores de la temperatura de un motor de una turbina, sensores ópticos, una gama de aplicaciones”, apuntó. El proyecto contará con un grupo de trabajo dirigido por Sepúlveda, e integrado por el profesor Fernández y cuatro estudiantes, dos de nivel graduado y dos subgraduados. Además, la dádiva provee para la adquisición de materiales, para realizar viajes y para la divulgación de los resultados a través de publicaciones. En el componente educativo, la propuesta contempla ofrecer talleres de verano de electromagnetismo a maestros de escuelas puertorriqueñas de la región oeste. Este reconocimiento es el más reciente que recibe un miembro del Colegio de Ingeniería del RUM, que ya cuenta con varios premiados. Así lo constató el doctor Antonio Estévez, catedrático del Departamento de Ingeniería Química y decano interino de ese Colegio al cierre de esta edición. “Es un gran logro para el investigador y confiere un prestigio enorme al Departamento y a la institución. Esto es por el alto grado de competitividad del mismo. Hace unos años, un Career Award para el RUM (o su antecesor, el Presidential Young Investigator Award) era algo impensable. Actualmente, el Colegio de Ingeniería cuenta con varios galardonados con esta distinción. El doctor Sepúlveda se une a la lista de excelentes investigadores que han alcanzado este logro y lo ha hecho con un proyecto basado en un concepto único y original con un potencial tecnológico inimaginable”, apuntó Estévez. Sepúlveda fue enfático en agradecer la colaboración de su colega para emprender este proyecto, ya que le permitió crecer como investigador de la mano de un académico con más experiencia y con unas instalaciones ya establecidas. “Desde que llegué al Colegio en enero de 2006 el profesor Fernández me abrió las puertas de su laboratorio y me dio la oportunidad de desarrollarme al lado de él. He tenido mucha suerte de que me haya aceptado y dado la oportunidad”, reiteró. Fernández, por su parte, reciprocó su satisfacción de trabajar con catedráticos como Sepúlveda, en un esfuerzo por apoyar a esta nueva generación de investigadores que aportan a la Universidad sus talentos. “No es lo mismo llegar a un sitio donde no hay nada y empezar en cero, eso toma mucho tiempo. En la medida que podamos ayudar a los profesores jóvenes vamos a tener resultados mucho mejores”. Sepúlveda reiteró su satisfacción por ser uno de los recipientes de este prestigioso reconocimiento de la NSF, cuya aceptación esperó lleno de nervios por un largo periodo de tiempo. “Ya por fin se dio, estamos contentos y locos por empezar a trabajar y desarrollar los sistemas que se propusieron. Va a ser una contribución significativa a la comunidad científica”.

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