El Chango nuestro de cada día

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Por Raúl A. Pérez-Rivera / Especial El Nuevo Día El Nuevo Día Muchas veces nos parecen increíbles y fascinantes las historias que se escriben sobre plantas y animales de otros países. Es menester mencionar que en nuestra Isla, tenemos especies igualmente interesantes y espectaculares. El Mozambique o mejor conocido como el Chango (Quiscalus niger brachypterus) es una de las aves más comunes, ampliamente distribuida y reconocidas de Puerto Rico. El ave es tan común en nuestros entornos, que virtualmente, todo el mundo, ya sea en el campo o en la ciudad, sabe reconocer a nuestro Chango. Pero ¿qué tiene de particular el Chango? Fue igualmente común en nuestro entorno en el pasado? Veamos. Es muy probable, que cuando los españoles llegaron a Puerto Rico, el Chango no haya sido tan común y abundante como lo es ahora. Los ictéridos, o el grupo de pájaros a que pertenece al Chango, son principalmente organismos insectívoros que se adaptan a vivir muy bien en los alrededores de lagunas y sitios anegados. Para el 1912, cuando se hizo el primer estudio sobre esta ave, ya ésta había experimentado un cambio. El Dr. Alexander Wetmore, lo describió como el ave más abundante en los alrededores de áreas cultivadas. Para aquel tiempo Puerto Rico, era mayormente agrícola. Cerca de un centenar de años después, cuando hemos destruido la mayor parte de nuestros anegados y hemos dejado baldías muchas tierras agrícolas, volvemos a encontrar al Chango a nuestro lado, siendo este una de las aves más comunes en nuestro entorno urbano. La pregunta hacerse, es que ha permitido que el Chango sea tan exitoso, particularmente en las áreas urbanas. La respuesta, es sencilla, se ha adaptado perfectamente a los cambios que hemos introducido en el entorno urbano. Cuando Wetmore estudio el ave en el 1912, encontró que este se alimentaba principalmente de insectos, pero que consumía además vertebrados y alguna vegetación. Hoy en día en las áreas urbanas, esta ave se alimenta virtualmente de cualquier cosa que sea comestible. Llegan en grupos a árboles y arbustos y capturan los lagartijos e insectos que espantan al llegar el grupo súbitamente. Las frutas en áreas urbanas también son parte del menú de este animal. Así, que comen acerolas, guanábanas, guayabas y chinas, entre otras. Frutas de las palmas como la Arecca, las sostienen con sus patas, mientras que con el pico van pelando la cubierta para ingerirla ávidamente. Esta conducta parece que es aprendida porque no en todos los lugares he observado la misma. gran dispersión urbana En los alrededores de viviendas, la dieta es complementada con comida de aves enjauladas, comida compactada de perros y gatos y con las larvas que crecen en las heces fecales de los canes. En lugares en donde se tienen aves en las marquesinas, los changos pasan a través de los barrotes de las rejas y bajan a los suelos para comer el alimento que han tirado las aves enjauladas. También toman el alimento compactado de perros y gatos, lo llevan en su pico a los charcos que se forman en los techos o en las aceras, los introducen en estos y esperan a que se ablanden para luego consumirlos. Los he observado además, romper pedazos de heces fecales de perros para ingerir las larvas de moscas que se encuentran en estos. Wetmore encontró que esta ave se reproducía particularmente en la Palma Real, y además que dormía agrupados en éstas. El 1925, el Dr. Stuart Danforth encontró en Mayagüez un dormidero de cerca de 3,000 changos en un grupo de palmas. En las áreas urbanas el ave sigue utilizando palmas para anidar, pero no tan solo la Real, sino la de Coco y otras ornamentales como la Coco Plumosa. También utilizan cualquier árbol alto y frondoso. El Laurel (Ficus spp) es ampliamente utilizado para anidar, particularmente en nuestras plazas. Estructuras artificiales o construidas por nosotros son igualmente utilizadas. La defensa comunal de las colonias de anidamiento es la orden del día, y estos animales atacan gatos, perros y hasta los humanos que pasan bajo los lugares en donde estos anidan. Esta defensa comunal evita, que pájaros como el Tordo (Molothrus bonariensis) que parasita los nidos de ictéridos (ponen sus huevos para que estos los incuben y críen a sus pichones) no puedan hacerlo. De igual manera mantienen fuera de sus colonias a las palomas domésticas y a los gorriones ingleses. Como se ha mencionado, estos animales forman dormideros comunales. Los árboles de Laurel son comúnmente utilizados como dormideros, al igual que grupos de palmas. Sin embargo, un lugar que parece ser preferido para pernoctar lo son las subestaciones eléctricas, en donde se congregan cientos e inclusive miles de estos animales para pasar la noche. La adaptabilidad de esta especie es increíble y es probable que, ante los cambios que pueda producir el calentamiento global, el Chango sea una de las especies que se pueda adaptar con facilidad a ese futuro. (El autor es Biólogo Residente de la Universidad de Puerto Rico, en Humacao, y del Museo de Vida Silvestre de San Juan)