El guardián de las flores

Este artículo es reproducido por CienciaPR con permiso de la fuente original.

PDF versionPDF version
Por Miguel A. Acevedo y Luis J. Villanueva-Rivera endi.com Recuerdo aquella mañana fría de mayo caminando por el Bosque Estatal de Carite, cerca de las montañas de Cayey. La vegetación estaba muy húmeda y se podían ver pequeñas gotas de rocío que adornaban las hojas de los arbustos. Los bordes de la vereda estaban repletos de enormes árboles adornados con flores. Alrededor de las 6:30 a.m. un miembro del grupo divisó aquella ave pequeña, verde tornasol, de pico curvo y cola azulosa. Todos, casi al unísono, tomamos nuestros binoculares para observar. Su cuerpo entero parecía flotar en el aire mientras su pico husmeaba en los adentros de una flor de Tulipán Africano (Spathodea campanulata). Aquella mañana vimos nuestro primer Zumbador Verde (Anthracothorax viridis), un zumbador endémico de Puerto Rico. Los zumbadores o colibríes son aves que se distinguen por su agilidad al volar, su plumaje iridiscente y su diminuto tamaño. Por ejemplo, el ave más pequeña del mundo es el Colibrí Zunzuncito (Mellisuga helenae), endémico de Cuba, el cual puede llegar a pesar menos de 2 g (0.07 oz). Este tamaño tan peculiar le permite llevar a cabo maniobras de vuelo que ningún otra ave puede lograr. Los colibríes pueden mantenerse en vuelo en el mismo sitio por un tiempo relativamente largo. ¿Por qué lo hacen? Los zumbadores son aves que están adaptadas para alimentarse del néctar de las flores. Su pico largo y algunas veces curvo le sirve de soporte para que su lengua larga y especializada aspire el preciado néctar. Para lograr alimentarse de esta manera, necesitan mantenerse en vuelo en el mismo sitio. ¿Cómo lo logran? Sus pequeñas alas se mueven formando un patrón de un ocho horizontal. Este movimiento lo pueden hacer de 10 a 200 veces por segundo. Esta maniobra requiere una cantidad de energía y oxígeno muy alta. Imagínese usted agitando sus brazos de 10 a 200 veces por segundo. La energía necesaria la obtienen de el alto contenido calórico del néctar que consumen. Más aún, un zumbador puede extraer néctar de 1,000 a 2,000 flores por día. Por otro lado, el oxígeno lo capturan por medio de su rápida respiración que fluctúa entre 300 a 500 respiraciones por minuto (la de los humanos es de 14 a 18). Esto puede ser más rápido en las especies del Caribe, dependiendo de la temperatura del ambiente. Estas impresionantes y diminutas aves no son únicas del Caribe. Existen más de 328 especies distribuidas a lo largo de las Américas (desde Alaska hasta Chile). En Puerto Rico, se pueden observar siete especies de zumbadores de las cuales dos son endémicas: el Zumbadorcito de Puerto Rico (Chlorostilbon maugaeus) y el Zumbador Verde. El Zumbador Verde puede verse en casi cualquier bosque o cafetal en las montañas de Puerto Rico. Es muy poco común en las costas, aunque algunos pajareros experimentados cuentan que lo han observado recientemente en sitios costeros. Aunque los zumbadores tienen una dieta casi exclusiva de néctar, el Zumbador Verde también se alimenta de insectos. Este zumbador busca escarabajos y moscas en las superficies de las hojas e incluso algunas veces atrapa insectos en el vuelo. Algunos científicos argumentan que esta especie se alimenta más de insectos que de néctar y que es atraída a las flores, no tanto por el néctar sino por los insectos que habitan dentro de la flor. Este zumbador construye un nido en forma de copa utilizando como materia prima fibras de plantas cubiertas con liquen. Aquí, la hembra deposita dos huevos que ella incuba. El macho no abandona su responsabilidad. Se mantiene cerca, manteniendo guardia en caso de que haya que defender a las crías. Te invitamos a que tomes tus binoculares y comiences a observar con más detenimiento al Zumbador Verde. Quizás puedas ayudar a determinar en definitiva si su alimento principal es el néctar o los insectos. Los autores son biólogos y coordinadores de www.eBirdPR.org.