Erráticas las estrategias del DRNA para controlar monos

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Por Agustín Criollo oquero / agustin.criollo@elnuevodia.com El Nuevo Día A pesar de que en Puerto Rico existe uno de los principales centros en el mundo especializados en la investigación de primates, el Gobierno no ha tomado en consideración su asesoramiento para atajar el problema de monos realengos en la Isla y continúa utilizando técnicas que han probado ser ineficaces. Edmundo Kraiselburd, director del Centro de Primates del Caribe del Recinto de Ciencias Médicas de la Universidad de Puerto Rico (UPR), indicó a CAZA NOTICIAS que desde el 1970, este centro le ha sugerido al Gobierno una estrategia efectiva para detener la proliferación tanto del mono rhesus como del patas. “Nunca le han hecho caso a la UPR y han pretendido utilizar métodos inapropiados para capturar estos animales. El propio Gobierno ha hecho difícil el control de estos monos”, indicó Kraiselburd. Añadió que es imperativo, controlar estas especies para evitar una plaga que afecte, no sólo las comunidades agrícolas, sino las zonas urbanas. “El problema va a estar fuera de control si no se atiende correctamente. Si no se toman medidas efectivas, la situación llegará a ser tan grave como en India, que los monos entran a las casas, los supermercados y andan libres por todas partes”, advirtió Kraiselburd. La propuesta, según el experto, implica la captura de los monos en grupos, a diferencia de capturarlos individualmente como lo ha hecho el DRNA. “Al atraparlos en grupos evitamos que se dispersen y formen nuevos grupos”, explicó el experto. Los monos no son del centro Kraiselburd fue enfático al indicar que ninguno de los monos realengos pertenece al Centro de Primates. “Todos nuestros monos están tatuados en el pecho como parte de nuestras regulaciones. Además, tenemos medidas de seguridad muy rigurosas que impiden que ningún espécimen se escape”, añadió el experto. El mono rhesus, visto con frecuencia en el área metropolitana y que es utilizado en el Centro de Primates, se aparea cada 5.5 meses y su edad de reproducción se extiende desde los tres hasta los 28 años. Pueden vivir hasta 33 años y se desplazan en grupos familiares de 30 a 40 ejemplares. Indicó, a su vez, que el Centro de Primates está a la disposición de las autoridades estatales para desarrollar estrategias efectivas y evitar una plaga de grandes porporciones. “Hay que tratar este problema desde una perspectiva científica y humana. La pregunta que tenemos que hacernos es si queremos que este problema se salga de proporciones, que se produzca una crisis o actuamos ya”, puntualizó Kraiselburd. “Aunque nuestro Centro no trabaja con la captura de estos animales, estamos a la mejor disposición de las autoridades estatales y municipales para colaborar con el desarrollo de una estrategia efectiva para trabajar la situación”, añadió. Al cierre de esta edición, los esfuerzos por obtener una reacción del Proyecto de Monos del DRNA fueron infructosos.