Especie invasora atenta contra el coquí

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Por Yulia Nil Cedeño y Gerardo Cordero / ELNUEVODIA.COM endi.com El coquí ya no puede cantar despreocupado en los campos de Borinquen porque un depredador invasor ha llegado a su hábitat. Se trata de la Iguana iguana o gallina de palo, que en los pasados 20 años se ha reproducido de forma acelerada en Puerto Rico, país al que arribó como simpática mascota de personas que luego las liberaron, seguramente sin imaginar que con el paso del tiempo se convertirían en un riesgo para la flora y la fauna nativa. Y es que lejos de la inofensiva imagen de sus primeros años como llamativas mascotas exóticas, ahora se sabe que el reptil "no es un angelito", porque además de yerba puede comer huevos de aves, pichones y hasta coquíes, según el doctor Rafael Joglar, biólogo especializado en anfibios y reptiles, quien ha encabezado las primeras investigaciones sobre la gallina de palo en Puerto Rico. Joglar explicó que aquí la situación es compleja porque son escasos los depredadores de la gallina de palo. En el limitado grupo de aquellos que entiende pueden atacar y aniquilarlas figuran el guaraguao, el zorzal pardo, la garza real y el perro doméstico. Irónicamente, en su lugar de origen la gallina de palo tiene hasta 41 depredadores. El profesor Joglar explicó que la Iguana iguana es una especie nativa de Centro y Suramérica que probablemente fue introducida en Puerto Rico durante los años setenta, cuando las importaban como mascotas y las vendían sin mayores limitaciones en las tiendas de animales. Los señalamientos de Joglar sobre la iguana como depredadora de aves y coquíes, sin embargo, no son compartidos por otros investigadores como el doctor Tomás A. Carlo, quien en un estudio, comisionado por el Estuario de la Bahía de San Juan, subrayó que los reptiles son herbívoros y descartó la ingesta de coquíes u otros animales por parte de estos invasores que entiende "no representan riesgo para la fauna nativa". En el estudio sobre el impacto de la Iguana iguana en el Estuario de la Bahía de San Juan, Carlo y su equipo reportó que aunque en cautiverio las iguanas "tienden a ingerir casi todo lo que se le suministre, en estado natural no se ha reportado que cazan animales, ni que devoran huevos". El resumen del trabajo encabezado por Carlo, profesor de biología de Pennsylvania State University, así como por el doctor Carlos García Quijano, profesor de la UPR en Cayey, cita además científicos de otras jurisdicciones que de 1963 a 1990 también han reafirman las prácticas herbívoras de esos reptiles. Sin embargo, Carlo reconoció que en la Florida, en 2005 un investigador aludió al consumo de caracoles por parte de 18 iguanas. El investigador explicó en un documento suministrado a ELNUEVODIA.COM que como parte de los experimentos realizados en el Estuario de la Bahía de San Juan colocaron 20 nidos con huevos de gallina e instalaron cámaras que permitieron completar 1,896 horas de vigilancia. Hubo iguanas que se acercaron a los nidos con los huevos de aves, pero ninguna los destruyó, ni los consumió. Jorge Bauzá, biólogo que labora en el estuario, mientras, dijo que "en su época reproductiva necesitan proteínas". Por eso, sugirió estudiar la conducta de los reptiles todo el año. Más allá de observaciones científicas, testimonios ciudadanos aluden a cómo la Iguana iguana, además de yerbas, consume carne. Nannette Torres, vecina de San Juan, relató a Caza Noticias de ELNUEVODIA.COM que en el área de la piscina de un hotel en Río Grande una iguana le comió una hamburguesa que acababa de comprar para almorzar. Según Joglar, quien insiste en las prácticas variantes de la alimentación de las iguanas o gallinas de palo en Puerto Rico, las características principales de estos reptiles es que son animales diurnos, que le gusta el agua y son buenos nadadores. Precisó que viven en árboles, pueden medir hasta cinco metros y pesan hasta 5.2 kilogramos. El biólogo sostuvo que, por lo general, su piel es predominantemente verde, pero a veces se torna grisácea y con coloraciones anaranjadas o rojizas. Las colas de algunas tienen segmentos negros que no son exclusivos de las hembras, como se pensaba inicialmente. Hoy día existe una gran población de esta especie en sectores metropolitanos de Puerto Rico. Sin embargo, se han observado poblaciones en el Este y hasta en el interior de la Isla. La gallina de palo abunda sobre todo en Las Cabezas de San Juan, en Fajardo; en el Parque Lineal de San Juan y en el Canal Blasina, en Carolina, donde Joglar y su equipo contabilizaron 223 iguanas por hectárea, reveló el científico. Esa cantidad es cuatro veces más que en poblaciones de América Central y del Sur, donde es una especie nativa. Para Carlo y su equipo, sin embargo, las iguanas parecen más de lo que son, pero las grandes poblaciones ya se han identificado en lugares como los citados por Joglar, así como en los manglares del Estuario de San Juan, donde ciertamente se ha comenzado a documentar defoliación o destrucción severa de estos árboles debido a gran concentración de los verdes reptiles.