Experto en clima asegura que la NASA ha tratado de silenciarlo

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El versado científico y experto en clima de la NASA, Dr. James E. Hansen, dijo que la Administración de Bush le ha vedado hablar desde que dio una charla el pasado mes en la que hizo un llamado por una pronta reducción en las emisiones de gases de los invernaderos, vinculadas con el calentamiento global. El científico, James E. Hansen, director desde hace tiempo de la agencia Goddard Institute for Space Studies, dijo en una entrevista que algunos representantes del Centro de comando de la NASA han dado el mandato al personal de relaciones públicas de revisar sus nuevas conferencias, ensayos y publicaciones pautadas en la página de la red de Goddard y las peticiones de entrevistas que le extienden los periodistas. Dr. Hansen dijo que él haría caso omiso a las restricciones. “Ellos creen que su trabajo es censurar la información que va a salir al público,” dijo. El decano Acosta, segundo ayudante del administrador para relaciones públicas de la agencia del espacio, dijo que no había ningún empeño en acallar al Dr. Hansen. “Esa no es nuestra manera de trabajar aquí en la NASA,” dijo el Sr. Acosta. “Nosotros fomentamos la apertura y hablamos con los hechos.” Dijo que las limitaciones impuestas al Dr. Hansen son pertinentes para todo el personal de Aeronáutica Nacional y de Administración Espacial. Añadió que la regencia de científicos es libre para discutir los hallazgos científicos, pero que las cuestiones administrativas son competencia de los hacedores de política y de los portavoces designados. El Sr. Acosta dijo que otras razones para requerir a los encargados de la prensa que sometan las solicitudes de entrevistas consisten en mantener un flujo ordenado de información en una institución desparramada y evitar sorpresas. “No se trata de ningún individuo o de ningún tema como el calentamiento global,” dijo. “Es un asunto de coordinación”. Dr. Hansen no está de acuerdo con esta perspectiva, y afirma que estos procedimientos ya han impedido al público comprender completamente los hallazgos recientes relacionados con los cambios de clima que apuntan a riesgos futuros. “La comunicación con el público parece ser esencial,” dijo, “porque la preocupación pública es probablemente la única iniciativa capaz de vencer el interés especial que ha ofuscado el tema.” El Dr. Hansen, de 63 años, es un físico que se unió a la agencia del espacio en 1967, dirige los esfuerzos para simular el clima global en las computadoras en el Instituto Goddard en Morningside Heights en Manhattan. Desde 1988, ha estado manifestando advertencias públicas sobre las amenazas a largo plazo de las emisiones de atrapamiento de calor, dominadas por el dióxido de carbono, que es el producto inevitable de la quema del carbón, aceite y otros combustibles fósiles. El investigador Hansen ha tenido confrontaciones con políticos o sus colaboradores de varias administraciones, incluyendo dirigentes de la primera administración de Bush y del Vice-presidente Al Gore. En el 2001, Hansen fue invitado dos veces para informar al Vicepresidente Dick Cheney y otros miembros del gabinete sobre los cambios climatológicos. Los oficiales de la Casa Blanca estaban interesados en sus hallazgos, manifestando que la limpieza del hollín, el cual también calienta la atmósfera, era un primer paso efectivo y más fácil que frenar el dióxido de carbono. Hansen cayó en desgracia con la Casa Blanca en 2004, después de una disertación en la Universidad de Iowa, en vísperas de las elecciones presidenciales. En dicha ponencia se quejó de que los climatólogos de las agencias gubernamentales sufrían los efectos de la mordaza y expresó su preferencia por el senador John Kerry. Pero el Dr. Hansen aseguró que en los últimos 30 años nada igualaba la presión que él había recibido desde principios de diciembre. Quieren impedirle el discutir públicamente lo que define como peligros evidentes en el caso de retrasar el control del dióxido de carbono. En varias entrevistas aparecidas en el New York Times, el Dr. Hansen sostiene que sería irresponsable el guardar silencio, particularmente porque la declaración de la misión de la NASA incluye la frase “para comprender y proteger nuestro planeta tierra.” Dijo haber estado particularmente molesto de que las directrices hayan venido por vía telefónica y no a través de los canales formales de comunicación, por lo cual se carece de pistas significativas documentadas. El supervisor del Dr. Hansen, Franco Einaudi, aseveró que “no ha habido una orden oficial o alguna presión que diga que hay que silenciar a Jim.” Sin embargo, el Dr. Einaudi añadió, “Eso no significa que me guste que se utilice ese tipo de presión.” Los nuevos esfuerzos para silenciarlo, dijo el Dr. Hansen, comienzan con una serie de llamadas después de una conferencia que ofreció el 6 de diciembre en una reunión anual de la Unión Americana de Geofísicos en San Francisco. En la charla, dijo que se puede lograr una disminución significativa de las emisiones de gases con la tecnología existente, particularmente en el caso de los vehículos de motor; y que, sin el liderazgo de los Estados Unidos, los cambios climatológicos podrían eventualmente dejar la tierra como “un planeta diferente.” La política administrativa oficial consiste en usar medidas voluntarias para disminuir, pero no para invertir, el aumento de las emisiones. Después de esa charla y de que el Dr. Hansen difundiera, el 15 de diciembre, información donde demostraba que el 2005 fue, probablemente, el año más caliente en la última década, los oficiales de la sede de la agencia espacial telefonearon repetidamente a los oficiales de asuntos públicos, quienes pasaron el aviso al Dr. Hansen de que “habría consecuencias terribles” si esas declaraciones continuaban. Así lo manifestaron dichos oficiales y el Dr. Hansen en entrevistas. Según el Dr. Hansen y un memorando-borrador interno que él suministró a The Times, entre las restricciones impuestas figuraba el que sus supervisores podrían sustituirlo o acompañarlo en las entrevistas convocadas por los medios noticiosos. El Sr. Acosta dijo que las llamadas y reuniones con los oficiales de prensa de Goddard no eran para imponer prohibiciones, sino para revisar las reglas existentes. Añadió que el Dr. Hansen ha continuado hablando frecuentemente en los medios noticiosos. En una llamada, George Deutsch, recientemente nombrado oficial de asuntos públicos de la sede de la NASA, negó la solicitud del productor de la National Public Radio para una entrevista con el Dr. Hansen, dijo Leslie McCarthy, oficial de asuntos públicos para el Instituto Goddard. Citando las notas manuscritas tomadas durante una conversación, la Sra. McCarthy dijo que el Sr. Deutsch calificó a la National Public Radio como el medio de comunicación “más liberal” de toda la nación. Ella afirmó en esa llamada, y en otras, que el Sr. Deutsch comentó que su trabajo era “hacer que el presidente luzca bien” y que como persona nombrada por la Casa Blanca, esa podría ser la prioridad del Sr. Deutsch. Sin embargo, agregó:” Yo soy una funcionaria profesional y Jim Hansen es un científico. Ese no es nuestro trabajo. Esa no se nuestra misión. La deducción fue que Hansen fue desleal.” Normalmente, la Sra. McCarthy no se sentiría libre para revelar tales conversaciones a los medios de comunicación, pero concede una entrevista después que el Sr. Acosta, desde la sede de la NASA, aseguró a The Times que ella no enfrentaría ninguna reprimenda por responder a la prensa. El Sr. Acosta, supervisor del Sr. Deutsch, dijo que cuando a éste le preguntaron sobre las conversaciones, él lo negó rotundamente. El Sr. Deutsch refirió todas las peticiones de entrevistas al Sr. Acosta. Cuando la Sra. McCarthy se enteró de la respuesta, dijo: “¿Por qué tengo yo que quitarme del medio para arreglar esto y por qué tengo que apoyar a Jim Hansen? Yo no tengo vela en este entierro. ¿Y qué tiene que ganar Hansen? El Sr. Acosta dijo que por el momento él no puede determinar quién está del lado de la verdad. Varios colegas de la Sra. McCarthy y del Dr. Hansen coincidieron que las declaraciones de McCarthy corresponden con lo que les dijo cuando hablaron con ella. ”Él no está tratando de provocar una guerra sobre este asunto” dijo Larry D. Travis, astrónomo delegado de Hansen en Goddard, “sino que siente realmente que es nuestra obligación, como científicos federales, el mantener informado al público.” El Dr. Travis dijo que él acudió a la oficina de la Sra. McCarthy a mediados de diciembre, después de recibir una llamada de parte del Sr. Deutsch en la que exigía que deberían mejorarse los controles sobre el Dr. Hansen. En una entrevista, Ralph J. Cicerone, químico atmosférico y presidente de la Academia Nacional de Ciencias, la institución científica independiente más importante de la nación, elogió las contribuciones científicas del Dr. Hansen y dijo que él siempre parece definir sus declaraciones públicas de forma clara, así como sus puntos de vista personales. “Él es, verdaderamente, uno de los científicos más productivos y creativos en todo el mundo”, aseveró el Dr. Cicerone. “Yo he escuchado hablar al Dr. Hansen en múltiples ocasiones y he leído muchos de sus artículos, desde finales de la década del 70. Cada vez, tanto por escrito como cuando lo escucho en una charla, siempre resulta claro que él habla por sí mismo, no por la NASA o su administración, independientemente de la administración imperante.” La lucha entre el Dr. Hansen y los oficiales administrativos hacen eco en otras disputas últimamente. En los laboratorios climatológicos de la Administración Nacional Oceánica y Atmosférica (National Oceanic and Atmospheric Administration), por ejemplo, muchos científicos, quienes rutinariamente aceptaban llamadas de reporteros hace cinco años atrás, ahora sólo lo pueden hacer si tienen la aprobación de oficiales administrativos de Washington, y solamente si hay un oficial de asuntos públicos presente o en el teléfono. No obstante, donde los puntos de vista de los científicos respecto a la política del clima concuerden con los de la administración, hay pocas señales de restricciones sobre las ponencias extracurriculares y los escritos. Un ejemplo de lo anterior es el caso de Indur M. Goklany, director asistente de la política de ciencias y tecnologías en la oficina de política del Departamento del Interior (Interior Department). Hace años que el Dr. Goklany, ingeniero eléctrico, ha escrito en ensayos y libros que seria preferible no imponer restricciones en los gases de los invernaderos porque la prosperidad añadida por virtud de la libre actividad económica permitiría a los países explotar los beneficios del calentamiento y adaptarse a los problemas. En un intercambio de correspondencia electrónica, el Dr. Goklany dijo que en la administración de Clinton él fue trasladado a un trabajo no relacionado con el clima, pero añadió que nunca tuvo que dejar de escribir como ciudadano mientras identificara las opiniones como perspectivas personales. ”Una razón por la cual continuaré haciendo manifestaciones extracurriculares, es porque uno no tiene que tener autorización para lo que planea decir o escribir.”