Industria en época de cambios

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Por Carmen T. Casellas / Especial para El Nuevo Dia endi.com Se supondría que consumir medicamentos con la marca Elly Lilly, Merck o Pfizer en la etiqueta, nos asegura que esas grandes farmacéuticas hayan investigado, desarrollado, realizado pruebas clínicas y, con aprobación del FDA, (siglas en inglés de la Administración de Alimentos y Drogas) mercadeado las drogas, desde sus propias facilidades y de forma centralizada. La realidad no es esa. “Las farmacéuticas se están retirando de la manufactura interna a un paso sin precedente”, lee una noticia en Outsourcing-Pharma.com. Para el año 2010, se anticipa que 29% de la producción farmacéutica se lleve a cabo en plantas de terceros, o sea vía subcontratos. Este último es un sector en alza, con ingresos brutos de más de $20,500 millones en el 2007, comparado con $12,800 millones en el 2002, de acuerdo Research and Markets. Una de las razones para el incremento involucra los altos costos de fabricación, los que equivalen al 25% de los gastos totales de una droga. Otra tiene que ver con una evolución por la que atraviesa la industria farmacéutica, cuyos grandes nombres se dedican cada vez menos a la manufactura interna. Un ejemplo de esta evolución es la venta en $50 millones que hiciera Elli Lilly de su laboratorio de “R&D” en Indiana a Covance Pharmaceutical mientras, a la vez, le garantizan a esta compañía un contrato de $1,600 millones a 10 años, según Health Care Information Services. Estas grandes farmacéuticas se están concentrando en descubrir conceptos propietarios para drogas, delegando a contratistas las llamadas “pruebas del concepto”, y todos los otros pasos requeridos por la Administración de Alimentos y Drogas (FDA en inglés) antes de que un medicamento se autorice para la venta. Los productos biológicos El alza en la manufactura de drogas por contrato tiene también que ver con las exigencias para los altamente cotizados productos “biológicos” -las drogas y curas del futuro- que involucran terapia de genes, de tejidos y las basadas en manipulación de proteínas. Por reglamentación, las importantes pruebas Fase III de productos biofarmacéuticos tienen que realizarse con los mismos procesos y en el mismo lugar que se usarán en la etapa comercial. Puesto que el camino hacia la Fase III es muy riesgoso, la grandes casas prefieren delegar el proceso entero. De ahí que la industria de manufactura por contrato tenga tanto potencial. Entre las empresas en este renglón se hallan Accupac en Pennsylvania, Orion en Finlandia y Patheon Pharmaceutical, de origen canadiense, sede estadounidense en Carolina del Norte y plantas en varios países incluyendo a Puerto Rico. Es también una industria en pleno desarrollo en Asia, incluyendo China y en la India, donde hay 80 facilidades aprobadas por el FDA con valor total de $1,600 millones. Patheon, que trafica en la Bolsa de Toronto bajo el símbolo “PTI”, es un ejemplo del fuerte interés de inversores en empresas de manufactura por contrato, ya que estas son mucho más que fábricas, convirtiéndose en laboratorios donde se crean medicamentos. Por ejemplo, con 600 científicos solo en su división de “Desarrollo de Servicios Farmacéuticos” y habiendo adquirido varias empresas como Omnicare Clinical Research, Patheon realiza todo tipo de manufactura de drogas por contrato, de la más simple a la más complicada. De ahí que en abril del 2007 y en un financiamiento llevado como parte de una reestructuración, JLL Partners, una firma neoyorquina de capital privado y de riesgo, y Advent-Morro Equity Partners de San Juan, en calidad de inversor minoritario, participaran en una emisión privada de acciones preferidas de $150 millones. En conjunto, ambas entidades controlan el 29% de Patheon. La inversión de Advent-Morro solidifica los lazos entre Patheon y la Isla, ya que hace cuatro años, esta empresa adquirió a Mova Pharmaceutical con sede en Puerto Rico, cuyo ex presidente, Joaquín Viso, retiene una importante posición como accionista, además de ser miembro de la junta de directores de Patheon. Entretanto y como evidencia del interés de inversores en el negocio de manufactura por contrato, en febrero pasado JLL Partners pagó $233 millones por PharmaNet Development Group, una empresa de servicios desarrollo clínico de drogas para clientes.