Inventores se dan a conocer

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Por Marian Díaz / mdiaz1@elnuevodia.com endi.com En Puerto Rico abundan los inventores y, para sorpresa de algunos, muchos de ellos tienen sus patentes desde hace varios años. Esto quedó demostrado durante el Primer Foro de Inventores 2006, al que asistió más de un centenar de participantes. Bajo el lema “Aviva la llama de la invención en Puerto Rico”, la Universidad del Este (UNE) unió a empresarios, inventores, académicos y funcionarios de gobierno, con el propósito de promover el desarrollo de nuevas ideas y orientar sobre los recursos disponibles para apoyar las iniciativas de los innovadores. El problema que estos enfrentan, según salió a relucir ayer en el foro, no es la falta de inventiva o de creatividad; sino que no saben cómo pasar a la siguiente etapa, la de la comercialización. Las universidades y las agencias gubernamentales, en ocasiones, tampoco saben cómo pueden ayudarles. De ahí, la importancia que tiene discutir este tema entre los diversos sectores del País. Francisco Moyet es uno de esos inventores solitarios, que sin la ayuda de las agencias del gobierno, ha obtenido cuatro patentes -entre ellas una de un producto para prevenir las úlceras en los glúteos-, pero hasta ahora no ha encontrado quién le financie sus inventos. “Las agencias de gobierno se reían de los inventos que les presentábamos”, dijo Moyet al señalar que eso ocurría desde la década del 1980. A su lado, otros inventores, quienes prefirieron que no se les identificara, dijeron que Pridco y otras agencias de desarrollo económico han hablado de la necesidad de desarrollar más a los inventores y de crear incubadoras de negocios, pero no actúan. “Pridco le ha hecho perder el tiempo a los inventores y eso nos crea frustración. Es mucho bla, bla, bla, y no hacen nada”, dijo uno de ellos. Otro de los inventores es Jorge Negrón, un ingeniero que lleva más de 20 años desarrollando inventos. Cuenta con cuatro patentes -entre ellas un sistema de bloques que no necesita empañetado y un proceso para convertir las olas del mar en energía y reducir así la dependencia del petróleo. Negrón mostró su preocupación de que el gobierno enfatice en la biotecnología, y a su juicio, abandone a los inventores que crean inventos sencillos que resuelven problemas comunes a muchas gente. Por su parte, Luis Rivera Oyola, ingeniero, empresario y uno de los conferenciantes, le aconsejó a los inventores a que se organicen y funden una entidad propia, donde puedan compartir sus experiencias, apoyarse mutuamente y buscar asesoría técnica y profesional. Reconoció que a veces el inventor tiene el dilema entre convertirse en empresario o ceder los derechos de su patente a otros para que la comercialicen. Muchos desconocen cómo hacer cualquiera de las dos, dijo Rivera Oyola, y optan por no hacer nada. Mientras, Roberto Dávila, presidente de la junta de directores del Grupo Guayacán, indicó que el 98% de los inventores no se atreven a compartir sus ideas con otras personas, y por eso no logran comercializarlas. “Tener una patente no sirve de nada si no se comercializa”, expresó por su parte Ricardo Dreyfous, quien se convirtió en empresario al desarrollar su primera patente relacionada con el aprendizaje de funciones matemáticas. Hoy tiene cuatro y otras más en proceso. Dreyfous contó que él pensó que se convertiría en millonario al desarrollar el primer invento y obtener la patente, pero pronto se dio cuenta de que ésa no es la realidad. Otro de los presentes fue el consultor forense de computadoras, Arturo Geigel Méndez, de Computer Crime Center, quien creó un proyecto de informática que provee seguridad en las computadoras, inteligencia artificial, procesamiento de imágenes y procesamiento de voz. Pridco tiene ante sí este proyecto y su inventor se encuentra en busca de un inversionista que pueda respaldarlo. Como parte del evento se celebró una feria de inventores y microempresarios donde se exhibió la acuabicicleta, un proyecto del comerciante José Caraballo, y el inventor Gregory Mojena presentó un filtro que recoge impurezas y aceites antes de enviar el agua que se descarga por el fregadero a las alcantarillas.

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