‘Jugosa’ denuncia ambiental

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Por Gerardo E. Alvarado León / galvarado@elnuevodia.com endi.com VEGA BAJA - Vecinos de este pueblo calificaron ayer como un “delito ambiental grave”, el que el operador del vertedero municipal esté descargando lixiviados (jugos de la basura) directamente al río Cibuco. En consecuencia y tras su alegación, añadieron -aunque no presentaron pruebas científicas- que los contaminantes están llegando al balneario de Vega Baja y playas aledañas, afectando el ecosistema marino y poniendo en riesgo la salud de cientos de bañistas. Por tratarse de un feriado federal, fue imposible obtener ayer una reacción de la Agencia federal de Protección Ambiental (EPA), dijo su portavoz en la Isla, Brenda Reyes. Asimismo, la Autoridad de Desperdicios Sólidos (ADS) no atendió las llamadas de este diario. Mientras, Néstor Hernández, quien reside aquí hace 40 años, denunció que la compañía que opera el vertedero (AR Waste) supuestamente erigió un sistema de canales y charcas de retención de lixiviados sin controles adecuados. “No hay ‘liners’ (cubiertas) para evitar la percolación. Por ley, los lixiviados tienen que ser retenidos y aislados del subsuelo y el agua. No hacerlo constituye un delito grave a nivel estatal y muy grave a nivel federal. Además, atenta contra la seguridad pública y el ambiente”, sostuvo. Por su parte, la líder ambientalista Ivis Pagán expresó que los lixiviados impactan negativamente los arrecifes de coral en el litoral vegabajeño. “Lo más que me agobia es el agua. La población de corales está en peligro. La gente en la playa también está en peligro. No sabes si esa agua está llena de todas las toxinas que bajan desde el vertedero”, dijo. Hernández añadió que supo de las alegadas descargas al río Cibuco porque un pescador se lo informó. Contó además que desde entonces se abstiene de llevar a sus tres hijos a las playas del municipio. “Sería una irresponsabilidad. Esto es un asunto de avaricia, ignorancia y dejadez”. Dejó entrever que las agencias ambientales estatales y federales supuestamente le han dado largas a sus denuncias. Durante una visita al área, El Nuevo Día constató la existencia de canales y charcas de retención de lixiviados, así como la presencia muy cercana del mencionado cuerpo de agua. De hecho, lo único que impedía el acceso de los jugos de la basura al río Cibuco era un pequeño montículo de tierra. Pero ese cúmulo no siempre está ahí, apuntó Hernández, quien sostuvo que en días de lluvia las descargas no tienen control alguno. Más impactos Durante las casi tres horas que duró la visita la basura en el vertedero estuvo en fuego, lo que requirió la presencia del Cuerpo de Bomberos. Según Pagán, este es otro indicativo de que el vertedero no está siendo bien operado y crea un problema de salud. “Esto es una montaña de plásticos en llamas. Todo ese humo llega al pueblo y la gente lo respira”, sentenció al recordar que -por disposición de la EPA este vertedero debió dejar de recibir basura el pasado 31 de enero. El vertedero de Vega Baja, al igual que otros cuatro en varios puntos de la Isla, tienen orden de cierre de la EPA por incumplimiento ambiental. No obstante, AR Waste sigue recibiendo basura porque está en un proceso de mediación con la EPA (“resolución de disputa”) para construir una nueva celda en la misma instalación. Dicha celda, argumentó Hernández, estaría aún más cerca del río Cibuco que la actual (25 metros lineales). Tanto Hernández como Pagán exigieron que se bloquee el flujo de lixiviados al río y que se cumpla con lo que estipula la Ley federal de Agua Limpia. La otra versión El licenciado Francis Torres, representante legal de AR Waste, reconoció la presencia de canales y charcas de retención de lixiviados en el vertedero de Vega Baja, pero rechazó que dichos jugos estén llegando al río Cibuco. Empero, admitió que los canales y charcas de retención no tienen “liners”, por lo que “hay que asumir” que el suelo absorbe los lixiviados. “El operador ha establecido unos controles que se ven, que están allí, para evitar que (los lixiviados) fluyan libremente. Eso no tiene ‘liners’, pero evita que fluyan directamente. Lamento que no sea la mejor manera de manejarlo”, dijo Torres al indicar que la nueva celda tendría una tecnología diferente. Dicha tecnología, explicó, se conoce como “biorreactor” porque mantiene un ambiente biológicamente activo. Aseguró que los lixiviados que se continúen generando en la celda próxima a cerrar, llegarán a la nueva con las cubiertas adecuadas y se recirculan. Sobre la construcción de la nueva celda, el licenciado informó que están esperando a que la Agencia federal de Administración de Desastres (FEMA) apruebe el estudio hidráulico-hidrológico que viabilizaría los trabajos. Torres explicó que el vertedero de Vega Baja tiene una extensión territorial de 50 cuerdas y que hasta ahora sólo se le ha dado uso a la mitad de éstas. “Ya se obtuvo el endoso de la Junta de Calidad Ambiental (JCA) y de la ADS. Ambos endosos están condicionados a la aprobación de FEMA de una enmienda al mapa de inundaciones”, dijo. Este vertedero ubica en la planicie de inundación del río Cibuco. Desmiente la JCA Sin embargo, el presidente de la JCA, Pedro Nieves, insistió en que la agencia no ha aprobado la solicitud de construcción de la nueva celda. Agregó que han realizado inspecciones en el vertedero que han arrojado deficiencias. Dijo que desconocía sobre las supuestas descargas de lixiviados, pero que de confirmarse, iniciaría un proceso de corrección inmediata.