La ciencia... “en arroz y habichuelas”

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Por Mario Alegre Barrios Amar lo que se hace es sin duda unas de las reglas de oro para quienes aspiran a caminar por la vida de una manera más plena, realidad atada sin duda a la sabiduría de saber escoger la profesión o el oficio que se ejercerá al menos hasta la jubilación, aunque bien sabemos que esa decisión suele ser compañía hasta el último de nuestros días. Precisamente porque esa decisión es crucial, Daniel Colón Ramos, Mónica Feliú Mójer y Wilson González Espada –doctores ellos, candidata doctoral ella- orquestaron un proyecto que tiene ya casa de tinta y papel, ¡Ciencia Boricua!, libro que será presentado esta mañana -desde las 10- en el Ateneo Puertorriqueño para coronar así la convocatoria que el trío lanzó a todos los miembros de la red de Ciencia Puerto Rico, entidad sin fines de lucro que agrupa a una vasta comunidad de científicos, profesionales, estudiantes y ciudadanos comprometidos con la promoción de las ciencias, la investigación y la educación científica en Puerto Rico. “Esta es una antología de ensayos que nace de ver a través de nuestras colaboraciones en las páginas de El Nuevo Día el impacto que tiene contextualizar la ciencia a la realidad puertorriqueña”, dice Daniel. “Usualmente, en los libros de texto de ciencia vemos ejemplos que no están contextualizados a nuestra realidad… esto es decirles a los estudiantes ‘así funciona esto científicamente, pero no es así en Puerto Rico’, y hay infinidad de ejemplos. Esto te puede llevar a perder al estudiante debido a que no ve la pertinencia de los hechos científicos con su realidad, se desencantan y pierden interés”. Según explica Mónica, el proceso de crear el libro con ellos como editores – también como autores de sendos ensayos- fue algo bastante “orgánico”, con la experiencia editorial de cinco años de colaboración ininterrumpida con este diario. “Nos pareció una buena idea, como una prolongación del trabajo de todos estos años”, apunta, “Lanzamos la convocatoria y la respuesta fue excelente. Recibimos infinidad de ensayos y al final seleccionamos los mejores, unos sesenta”. Daniel puntualiza que en estos ensayos sus autores han plasmado sus personalísimas experiencias que derivaron en la selección de sus respectivas especialidades en el mundo de las ciencias, en un intento de que esos testimonios sirvan de inspiración a los jóvenes que contemplan seguir un camino similar. “Por ejemplo, hay un ensayo de un geólogo que habla de la Sierra Bermeja, en Cabo Rojo y las razones de por qué se llama así”, acota. “Ese nombre viene del color de unos microorganismos fosilizados que no existen en el Atlántico, sino en el Pacífico. Él explica ‘en arroz y habichuelas’ cómo esa parte que es la más antigua de Puerto Rico, proviene del mayor de los océanos y no del que tenemos más cerca y que se movió a través de las dos Américas antes de que se unieran, para luego colapsar con otra plataforma para formar lo que ahora somos”. Daniel añade que el auspicio principal para la realización de ¡Ciencia Boricua! provino de los científicos mismos, que escribieron los ensayos “pro bono”, de la misma manera que lo hacen consistentemente con sus colaboraciones que son publicadas en El Nuevo Día. “Ellos piensan que artículos como los que se publican en este periódico fueron parte de la inspiración que ellos tuvieron para convertirse en científicos y por eso desean dejar huella en otros de la misma manera. Creo que esto demuestra el compromiso de la comunidad científica puertorriqueña con la educación científica”, explica. “Asimismo, el auspicio monetario para el libro publicado por Callejón vino de la farmacéutica Pfizer. El simposio Como secuela de la presentación de hoy, el próximo sábado se llevará a cabo en el Centro Médico el simposio “Quiero ser científico… ¿y ahora qué hago?”, organizado por Ciencia Puerto Rico que aspira a responder esa pregunta a los que enfrentan esa encrucijada. “Estamos llenos”, advierte Daniel. “No esperábamos tener tanta gente, pero la demanda ha sido enorme. Estamos agradablemente muy sorprendidos”.