Las costas puertorriquenas se desvanecen por el calentamiento global

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Por Marga Parés Arroyo / end.mpares@elnuevodia.com Rincón, Guayanilla, Salinas y algunas partes de Humacao -como Punta Santiago y Palmas del Mar- desaparecerían en los próximos años ante los impresionantes cambios climáticos que ya están ocurriendo y que han ocasionado, entre otras cosas, que el año pasado fuera considerado el más caluroso del siglo. No se trata de imágenes de una película de ciencia ficción, sino de las evidentes consecuencias de lo que se conoce como calentamiento global, un aumento en la temperatura de la atmósfera terrestre y de los océanos que ha desatado el derretimiento de los glaciares y el aumento en el nivel de las aguas. “Es como tirar una sábana sobre la tierra”, explicó el doctor Douglas Inkley, científico de la Federación Nacional de Vida Silvestre que ayer dictó una conferencia sobre las consecuencias del calentamiento global que se proyectan para Puerto Rico. “¿Dónde irán a anidar entonces las tortugas marinas que acostumbran hacerlo en las costas de Puerto Rico? Ni hablar del efecto económico al turismo local ante las áreas costeras que desaparecerán”, manifestó Inkley. “Necesitamos reducir las emisiones del bióxido de carbono (CO2)”, destacó Inkley como la medida principal que debe tomar la población para tratar de contrarestar los efectos de los drásticos cambios climáticos que se avecinan. La cantidad de CO2, el gas principal que ocasiona el calentamiento global, se ha acumulado en la atmósfera desde principios de 1900, cuando se desató la Revolución Industrial. Como consecuencia, la temperatura aumentó un grado Fahrenheit durante el siglo pasado y se proyecta aumentará de dos a diez grados más durante el XXI. “La pregunta no es si esto va a ocurrir, ya está ocurriendo y Puerto Rico es una de las áreas más a riesgo, principalmente, por ser una isla que recibe frecuentemente huracanes y por tener áreas bajo el nivel del mar”, dijo Inkley, quien destacó la necesidad de que, ante este cuadro, se proteja la vida silvestre, particularmente especies autóctonas como la cotorra para que estas puedan sobrellevar los cambios climáticos que se acercan. Según el científico, en Puerto Rico 75 especies en peligro de extinción (26 animales y 49 plantas) peligran. Reciclar, optar por la transportación masiva y los llamados carros híbridos y ahorrar energía a través de bombillas fluorescentes fueron algunas de las recomendaciones de Inkley ante el reto que representa el calentamiento global. “Se necesita un esfuerzo global porque ninguna nación puede hacerlo sola”, destacó, por su parte, José Molinelli, director de la Facultad de Ciencias Ambientales de la Universidad de Puerto Rico (UPR). Según el geomorfólogo, el grueso de la población no se interesa por problemas ambientales como este pues no los entienden. De ahí, destacó la necesidad de realizar estudios económicos que revelen cómo efectos del calentamiento global pueden afectar el desarrollo socioeconómico. De acuerdo con Aurelio Mercado, director del Centro de Riesgos Costeros de la UPR, en costas de sedimento arenoso un metro en el aumento del nivel del mar podría convertirse en un kilómetro que la orilla retrocede. “Ya pasó en Punta las Marías (Condado) donde la playa ha ido desapareciendo”, dijo. Por su parte, Edwin Hernández, del Instituto Caribeño de Arrecifes de Coral, destacó que el blanqueamiento de corales se puede revertir ante condiciones ambientales favorables