Por Aura N. Alfaro / aalfaro@elnuevodia.com endi.com Mucho se ha hablado de los cierres de farmacéuticas en los últimos meses, sin embargo hay poca conciencia de que esto es el resultado de cambios en la industria a nivel global, aseguraron ayer los máximos líderes de este sector. Desde octubre al menos seis plantas, en su mayoría farmacéuticas de productos químicos establecidas en la Isla por más de tres décadas, han cesanteado empleados y anunciado cierres inmediatos o en el próximo año. Sin embargo, varios empresarios de la industria están optimistas y sostienen que se trata de una transición desde una economía tradicional de manufactura a una del conocimiento. Así lo expresaron a El Nuevo Día durante la décimo octava Reunión Anual de la Asociación de Industrias Farmacéuticas (PIA, por sus siglas en inglés). “No hay duda de que los cierres recientes de plantas han tenido un impacto en la economía y en las comunidades donde servimos, sin embargo, ha habido una cantidad de anuncios positivos a la misma vez”, señaló Gilberto Ríos, gerente general de Pfizer Carribbean y presidente de la junta de directores de PIA. Fuerte inversión Plantas como Lilly, Abbott, St. Jude y Becton Dickinson han invertido colectivamente cerca de $4,000 millones en plantas de biotecnología en la Isla en los últimos tres años, donde hoy se manufactura el 25% de los productos de biotecnología que se venden en el mundo, según datos recientes de la Compañía de Fomento Industrial. Algunos de los proyectos nuevos mencionados por Ríos son el Centro Biomolecular en el Centro Médico, en Río Piedras y el empresa conjunta de investigación científica del Gobierno con MD Anderson. “A mi juicio van a ayudar a llenar algunos de los espacios que algunas de estas plantas hayan dejado”, expresó Ríos. Caída farmacéutica Edgardo Fábregas, presidente de la Asociación de Industriales de Puerto Rico, quien también es vicepresidente de Johnson & Johnson para la Isla, América Latina y Asia, sostuvo que los cierres recientes son el resultado de varias razones. Primeramente, las farmacéuticas están reorganizando su cadena de manufactura a nivel global. Tradicionalmente, manufacturaban en todos los sitios donde vendían sus productos. Hoy, han cambiado el modelo, y han optado por hacer cuatro o cinco plantas que suplan sus productos por regiones, asegura Fábregas. “En ese juego tu ganas unas (plantas) y pierdes otras, porque hay veces que cuesta mucho más modernizar una planta que hacer una nueva”, dijo Fábregas quien apuntó al hecho de que casi todas las plantas que han cerrado tienen más de 25 años de establecidas en Puerto Rico. Otra razón mencionada en la actividad es que la industria está entrando en una nueva generación de productos con nuevas formas de fabricación y de suministro al paciente. Antes recetaban pastillas para cada cuatro, seis u ocho horas. Los productos de segunda generación son de una pastilla al día o una vez a la semana. “Para la manufactura eso es mortal, porque se reduce el volumen de producción entre un 30% a 40% inmediatamente, y cuando combinas varias de estas razones creas ‘la tormenta perfecta’”, resaltó Fábregas. Además, mencionó los altos costos de energía y la incertidumbre con la Ley de Incentivos Contributivos. Por su parte, Daneris Fernández, vicepresidenta de operaciones de Merck, Sharp & Dohme Puerto Rico, y presidenta entrante de PIA, coincidió que lo que se está viendo en la industria es resultado de una autoevaluación de las farmacéuticas respecto a las condiciones de su negocio a nivel mundial. “La situación la estamos viviendo en Puerto Rico, pero es algo que tenemos que mirar globalmente”, puntualizó Lind Claudio, principal director de tecnología de Wyeth Pharmaceuticals. Y un dato más: Diana Comny, directora corporativa de salud IMS, de Market Insights, quien fue oradora en el encuentro, afirmó que dentro de los próximos cinco años se espera el periodo más alto de pérdida de patentes en la industria particularmente en Estados Unidos.