Paladines en San Martín

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Por Patricia Rivera meléndez / privera@elnuevodia.com endi.com Ella tiene el pelo color marrón, usa gafas y viste un uniforme pegado con una flor en el centro, a veces azul, otras, violeta. Sobre la espalda, carga una capa roja. Él se peina hacia atrás, no usa camisa, lo que le permite mostrar su musculatura. Lleva un pantalón pegado azul, gafas y carga una capa blanca. Ambos merodean los alrededores del residencial San Martín, en Río Piedras, para proteger a la comunidad de cualquier enemigo que planifique algún ataque con basura o contra los animales realengos del vecindario. No es “Supergirl”, ni la Batichica. Tampoco es Hulk o Cyborg, el de los “Teen Titans”. Son MS y SM: los nuevos superhéroes de este residencial capitalino, quienes velan por que los residentes y visitantes del sector echen en los zafacones la basura que generan y no maltraten a los animales. Los personajes son el fruto de la imaginación de 19 niños que participaron durante junio y julio de un taller de creación de personajes y cómics auspiciado por el Proyecto Comunitario para la Promoción y Apoyo al Desarrollo Integral de Menores (Copadim), que hace poco más de tres años ofrece servicios en San Martín y Las Gladiolas, otro residencial ubicado en Hato Rey. La tallerista Gina Valdés explicó que, como parte del adiestramiento, los niños entre los 5 y 17 años identificaron lo que para ellos eran los principales problemas de su vecindario. Luego, tomaron fotos, crearon a los personajes, cuyos nombres aluden a las siglas del residencial, y crearon cinco tirillas en las que aparecen ambos personajes. “La basura tiene que estar dentro del zafacón”, dicta SM en una de las tirillas que presentaron ayer durante la actividad de cierre de los talleres. “Los jardines embellecen nuestra comunidad”, agrega el musculoso personaje en otra viñeta. Mientras, MS insta a cuidar y proteger a los animales. “Por favor, no maltrates a los animales. Cuídalos y protégelos”, reclama. Aparte de las tirillas, indicó Valdés, los pequeños se comprometieron, mediante la firma de un contrato, a ayudar a sus superhéroes a defender esos valores. “Ustedes se comprometieron a no tirar la basura al piso, no maltratar a los animales, a cuidar la naturaleza y no pelear. Además, se comprometieron a enseñar y educar a las personas”, advirtió la tallerista a los pequeños mientras ya algunos delataban a aquellos compañeros de taller a quienes habían visto cometer tales faltas. Ramyellie Valentín, una risueña pequeña de 9 años, aseguró que ya tuvo que servir como ayudante de MS. “Vi a una persona tirar basura al piso y le dije que eso estaba mal. Él me dijo que lo iba a recoger y yo me quedé ahí hasta que lo recogió”, expresó la niña, quien defendió a MS como “la mejor” de los dos héroes “porque es mujer, y yo le hice partes, como la flor y el traje”. Paola Vázquez, de 10 años, no tuvo la misma suerte cuando advirtió a un vecino que no golpeara a unos perros. “Me dijo que eso no era problema mío. Yo le dije que eso es maltrato y él cogió y se fue”, relató. “Yo espero que (los superhéroes) ayuden a la comunidad y que no se olviden de nosotros”, agregó Vázquez. La directora de Copadim, Jessica Torres, explicó que los talleres formaron parte del componente de promoción y prevención del Proyecto, que pertenece a la Escuela de Trabajo Social del Recinto de Río Piedras de la Universidad de Puerto Rico y opera con fondos del Fideicomiso de los Niños. Dentro de ese componente, los niños del residencial reciben talleres sobre temas que ellos mismos seleccionan. “Quisimos traer algo diferente y ya habíamos dado un taller similar en Las Gladiolas”, dijo Torres. De la experiencia en Las Gladiolas nació Arcachuba, un superhéroe inspirado en tres de los líderes vecinales de ese residencial que vela por el bienestar de esa comunidad. “Acá, la experiencia fue bien diferente porque, aunque hay líderes comunitarios, ellos no los reconocieron como tal y se inspiraron en otras vestimentas y rasgos físicos”, relató. Copadim podría cesar sus servicios el próximo 2 de octubre si no se les aprueban fondos adicionales. Además de los talleres, el Proyecto ofrece asistencia de trabajadores sociales certificados a familias con niños desde recién nacidos hasta los 18 años y, en las tardes, da tutorías a los niños. Torres adelantó que solicitarán más fondos para permanecer en el residencial, por lo menos, seis meses más pues “la gente de estas comunidades necesita apoyo constantemente”. Además, dijo que la violencia que ha recrudecido en los residenciales Monte Hatillo y Berwind -ubicados en la periferia- “ha complicado la situación en la comunidad”.