Peligro por mascotas exóticas

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Por Francisco Quiñones Maldonado / Especial el Nuevo Día endi.com Mayagüez- Oriundo de los Estados Unidos, la impresionante tortuga mordedora, también conocida como tortuga caimán, llega a pesar más de 250 libras de peso y sus fauces generan la suficiente fuerza como para destruir con facilidad el caparazón de otra tortuga, o la estructura ósea de aquello que se introduzca en sus mandíbulas. Pero lejos de los cuerpos de agua dulce del valle de Mississippi y de otras regiones de Norte América donde este impresionante animal habita, efectivos del Cuerpo de Vigilantes incautaron el ejemplar de la foto. Lo que hace aproximadamente seis meses parecía ser una inofensiva tortuguita fue encontrada en el interior de una caja de cartón en uno de los aeropuertos de Puerto Rico. Aunque el hombre no figura en el menú de este reptil, no deja de ser un animal peligroso. “Esta tortuga tiene más de mil libras de presión en sus mandíbulas. Imagínese ahora encontrarse una en un río”, explicó el perito en animales exóticos Ernesto Márquez, quien participó como recurso de un taller ofrecido por la Federación Protectora de Animales de Puerto Rico el viernes en Mayagüez. La introducción de animales exóticos es un problema que ha ido en aumento en los últimos años. Como resultado de esta práctica, en Puerto Rico existen colonias de caimanes, monos, boas e incluso recientemente se detectó la presencia de un “dragón del Nilo”, cuya mordida puede ser letal, en un cuerpo de agua del este del País. Las causas de este problema son varias. “La gente lo hace por demostrar que pueden hacerlo, por machismo, para demostrar que pueden controlar un animal. ‘Él es mucho más fuerte que yo, pero yo lo controlo’”, manifestó el biólogo. Lo peor es que algunas de estas especies han llegado para quedarse, según aseguró Márquez, y la gente no ha cobrado conciencia de ello. Como biólogo, expresó una gran preocupación por la ignorancia del público sobre los animales exóticos, razón por la que desde hace diez años se dedica a ofrecer consultoría, asesoría y seminarios sobre control y manejo de animales peligrosos. Según Márquez, es precisamente la ignorancia la que lleva a las personas a intentar introducir especies tan peligrosas como las serpientes venenosas. “Hace unos años nosotros trabajamos una mordedura de una serpiente cascabel en el área este”, recordó. El manejo de estos animales, es a su juicio el que mayor peligro representa por una sencilla razón. “Nosotros no tenemos serpientes venenosas en la Isla, así que en Puerto Rico no hay antídoto disponible”, explicó. Márquez indicó que no importa cuánto dinero gaste el Gobierno para controlar el problema, el mismo será en vano si no hay un cambio de actitud en las personas. “El problema está en nosotros. Al igual que la droga, la demanda por estos animales la creamos nosotros mismos. El Departamento de Recursos Naturales está haciendo todo lo que puede, pero si no educamos a la gente y no cambiamos la actitud, esto va a seguir”, indicó.