Por Francisco Quiñones Maldonado / fquinones@elnuevodia.com endi.com Morovis - No hay forma de recuperar el tiempo perdido, pero si Jomarys Carrión Rodríguez pudiera, lo reciclaría. “Esta es la casita de mi abuela”, dijo la niña de 9 años, estudiante de cuarto grado de la Escuela de la Comunidad Jobos del barrio Morovis Sur, en esta municipalidad, mientras mostraba en un calendario el mes de marzo. Allí se puede ver la estampa de una colorida casa de dos plantas, con techo en dos aguas, que la niña confeccionó junto a su abuela como parte de un proyecto para la Unidad de Reciclaje del curso de Ciencias que enseña el maestro Jorge Chévere. Mientras trabajaban y se divertían, nieta y abuela usaron sobrantes de cortes de tela de los vestidos que la señora cose, pedazos de goma espuma (“foam”) que vinieron en los empaques de productos que compró en la iglesia que la niña frecuenta, cartón y papel. Al igual que Jomarys, los trabajos de otros 21 niños forman parte del calendario, que busca impactar a otras escuelas del sistema, además de crear conciencia sobre la importancia del reciclaje, explicó Chévere. “El curso provee para que los niños hagan un proyecto, que en este caso fueron manualidades con material reciclado,” dijo. Algo original “Pero yo estaba buscando algo original, así que decidí con esos trabajos hacer un calendario ambiental porque era algo original, que no se había hecho en ninguna escuela”. La idea gozó del respaldo de la directora del plantel, Carmen Barzana, y fue acogido por los padres y el personal de la escuela, quienes aportaron de su dinero para que el calendario fuera una realidad. Se imprimieron 30 muestras y cada mes tiene su proyecto. Y así, enero de 2008 exhibe un camión de reciclaje hecho por Jesús Rodríguez; mayo, un castillo de reciclaje diseñado por Ciara Lind; julio, una lámpara construida con vasos desechables creada por Naeshli Rodríguez; y diciembre, un traje de papel reciclado, confeccionado y modelado por Carla Figueroa. Además de las fotos de los trabajos, cada mes incluye información sobre temas relacionados con la conservación y protección del ambiente, tales como la manera correcta de clasificar la basura, el calentamiento global, las ventajas del reciclaje y como de dispone de los desperdicios sólidos, entre otros. Sin embargo, confeccionar artesanías con material reciclado y que estas formaran parte de un calendario, no fue lo único que aprendieron los estudiantes de Comunidad Jobos. Fe de ello dio Mariela Torres, al expresar: “Aprendí que yo puedo reciclar”. La niña de 9 años ya es consciente de que parte de la solución a este problema de reciclar y conservar con eficacia está en sus manos.