Publicado originalmente en la sección de Opinión de El Nuevo Día
En Puerto Rico, al igual que en muchos lugares alrededor del mundo, las medidas de prevención para enfrentar la pandemia de COVID-19 nos están haciendo experimentar una nueva realidad. Nuestras rutinas se están viendo afectadas de formas sin precedentes.
Nosotros, como puertorriqueños, nos distinguimos por ser sociables, mantenernos conectados y saludar de abrazos y besos. Estas nuevas medidas de seguridad para evitar el contagio del COVID-19, que nos mantienen distanciados y aislados, pueden afectar la salud mental de la población.