Actualmente, Puerto Rico se encuentra enfrentando momentos de mucha incertidumbre.  Con un éxodo masivo de mentes brillantes, parecería ser que el peso de encontrar soluciones efectivas para la situación económica, educativa y, sobretodo, social, recae sobre los hombros de un grupo selecto de personas.  Aumentan las dudas con relación a lo que sucederá en esta hermosa tierra que tanto amamos. Donde muchos dirían que hemos tocado fondo, yo digo que hay una oportunidad. Llegó el momento de asumir el reto de crear una sociedad capaz de sobrepasar esta depresión profunda que parece consumirnos.

Primero, debemos desaprender lo que nos enseñaron cuando nos dijeron que solo unos pocos tienen la capacidad para hacer un impacto.  Eso está muy lejos de la realidad.  Cada persona tiene la capacidad para mover masas, para producir el cambio que desesperadamente necesitamos para prosperar.  Es hora de perder el miedo, y la mejor manera para vencer los temores es educándonos y compartiendo nuestro conocimiento.  Aprendamos.  Enseñemos.  Conectemos y unamos fuerzas.

Aunque hay muchas organizaciones, gubernamentales y no-gubernamentales, que están trabajando arduamente para proveerle a Puerto Rico los recursos necesarios para progresar, nos queda mucho por hacer.  Todos tenemos una idea distinta de lo que puede sacar nuestro país hacia adelante, y todas son válidas siempre y cuando estemos trabajando por ellas.  En mi caso, soy fiel creyente de que nuestro activo más importante para el progreso es la educación.  Mientras más conocemos, mejor preparados estamos para encontrar estrategias efectivas que pueden generar un impacto positivo tanto para la economía y la sociedad, como nuestra cultura en general.  Para mi es de suma importancia poder compartir el conocimiento y comunicar de manera efectiva a absolutamente todos donde se encuentran nuestras áreas de oportunidad.  Solo una cultura educada perdura. 

Si me preguntas en que estoy más dispuesta a invertir mi dinero, te diría en educación científica- sin pensarlo dos veces.  ¿Por qué?  Pues, para mi es sencillo.  La ciencia fomenta la curiosidad y esa es la fuerza que impulsa la búsqueda del conocimiento en general.  Además, la ciencia está a nuestro alrededor, desde las reacciones químicas que ocurren cuando nos hacemos un café, a la física que mueve nuestro automóvil para que podamos llegar al trabajo, hasta las vacunas que nos han dado para prevenir enfermedades infecciosas que amenazan contra nuestras vidas, como lo son el Polio y la Viruela.  Cuando caminamos por el Yunque, mirando con asombro la vista desde 3,496 pies por encima del nivel del mar, estamos apreciando no solo la belleza detrás de las estructuras físicas que componen nuestra tierra, sino también la historia detrás de ella, y por un momento breve, nos convertimos en geólogos.  También hay ciencia en el arte.  Los primeros pintores dependían de minerales para extraer los colores que deseaban para sus obras, y hoy día la conservación de piezas de importancia histórica significativa, tales como las estatuas griegas y los cuadros del renacimiento, se da gracias a la ayuda de la biología y la química.  La ciencia no le pertenece a unos pocos, la ciencia nos pertenece a todos y debemos fomentar una cultura que invierta en el alfabetismo científico, lo que definitivamente nos generara más frutos por nuestra inversión.

Afortunadamente hay muchos que comparten esta idea, son los sobre 7,500 miembros de la comunidad de CienciaPR.  Cada uno ha demostrado su compromiso para llevar la ciencia a todos, independiente de su pericia, edad, posición social, profesión o etapa profesional, experiencia, o posición geográfica.  Por 10 años, CienciaPR ha demostrado que no hay límites que puedan detener la comunicación efectiva del conocimiento, y ahora, mirando hacia los próximos 10 años, digo con mucho orgullo que estoy #ConCienciaPR.  Junto con muchas otras organizaciones, CienciaPR está aquí no solo para brindarnos esperanza- sino también recursos y la fuerza moral que necesitamos para superar esta gran incertidumbre que sentimos todos los que defendemos hasta la muerte nuestra patria. A través de la ciencia, podemos forjar un camino nuevo para Puerto Rico, uno que nos lleve al crecimiento y la estabilidad de un país que tiene el capital humano para enfrentar los retos que se avecinan.  Yo me uno a la celebración del 10mo aniversario de CienciaPR, y me enorgullece ser parte de un equipo que trabaja para mover a la sociedad puertorriqueña a una educada y estable.  A través de la educación científica, podemos adquirir el conocimiento que nos ayudara a comprender mejor donde están nuestras áreas de oportunidad para crecimiento, y para perder el miedo a lo desconocido que se apodera de un país con tanto orgullo y patria. 

Para resumir mi idea en las palabras de la gran científica Marie Curie: “En la vida, no hay nada que temer, sólo hay que comprender.  Ahora es el momento para comprender más, para que podamos temer menos.”