Boricua con nombre extranjero

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Por Miguel A. Acevedo y Luis J. Villanueva-Rivera / Especial para El Nuevo Día endi.com Todos los pajareros recuerdan con cierto grado de emoción aquel día en el que pajarearon por primera vez. La emoción de los sonidos del bosque y el reto de encontrar las aves en el follaje son algunas de las anécdotas más comunes de aquella primera pajareada. Sin embargo, todos guardan un espacio importante en su memoria para el día en que observaron su primer San Pedrito (Todus mexicanos). Mi primer San Pedrito lo observé en un parcho de bosque al este de Puerto Rico, entre Luquillo y Canóvanas. Era la primera vez que observaba aves y por suerte no fue la última. Estábamos identificando las aves primero por su sonido para luego observarlas. Se podía escuchar al líder del grupo decir “eso es un Zorzal Pardo, esto es una Tórtola Cardosantera, esta es una Reinita Común”. Él lo hacía ver tan fácil, pero para mí todas las aves sonaban iguales. Sólo una me sonaba distinta a las demás. Su sonido era ronco como el de un grillo, pero la fuente del sonido se movía muy rápido para ser un insecto. Pregunté al líder, “¿qué ave es esta?”. “Es un San Pedrito, y está muy cerca ¿lo puedes ver?”, me contestó. Era obvio que no lo podía ver. Buscaba y buscaba con la mirada, en las ramas, en las hojas y no lo veía. Cuando lo logré ver posado en una ramita, fue como una epifanía. Era un ave hermosa, muy pequeña de color verde, con el pico y la garganta roja. Sentí que el San Pedrito me miraba con un aire de burla, pues había estado frente a mí todo el tiempo y no lo pude ver pues su color hace que se confunda con el follaje. El San Pedrito es un ave que, además de ser pequeña y poseer un plumaje hermoso, tiene unos movimientos graciosos muy característicos. Se posa en silencio con el pico elevado esperando sus presas. Vuela de su rama para atrapar algún insecto que camine en una hoja y una vez lo atrapa vuelve a la misma rama para ingerirlo. Se alimenta principalmente de una gran diversidad de insectos (por ejemplo moscas, libélulas, grillos), pero también puede ingerir pequeños lagartijos y frutas. Sin embargo, sus movimientos graciosos y su plumaje no son sus únicos atributos especiales. Nuestro San Pedrito, pertenece a una familia de aves que los científicos llaman Todidas (Familia Todidae), el cual solo se encuentra en las Antillas Mayores. Sólo cinco especies de aves en el mundo pertenecen a este grupo selecto las cuales se encuentran en Cuba, Jamaica, La Española (dos especies) y Puerto Rico. Estas especies son un gran atractivo para pajareros de otras partes del mundo que muchas veces hacen el gasto de viajar desde sitios muy remotos a alguna de estas islas caribeñas para poder observar estas cinco especies. Una de las preguntas más frecuentes sobre el San Pedrito, es por qué su nombre científico es Todus mexicanus, y no algún nombre referente a Puerto Rico. Para contestar esta pregunta debemos remontarnos a más de 120 años atrás. En el 1883, el Dr. Adolph Lesson, quien era médico de la marina, coleccionó especímenes del San Pedrito que creía provenían de Veracruz y Tampico en México y de Puerto Rico. A los especímenes de México les nombró Todus mexicanus y al de Puerto Rico lo nombró Todus portoricensis. Hoy se sabe que hubo un error en la clasificación pues no existen Todidas en México, por lo tanto todos los especímenes provenían de Puerto Rico. Sin embargo el nombre quedó como mexicanus. Hace unas semanas, quise revivir aquel momento en el que observé al San Pedrito por primera vez. Sin embargo, aquel parchito de bosque secundario en el este, donde ocurrió aquella epifanía que me convirtió en pajarero, hoy es mitad urbanización y mitad centro comercial. Nuestro San Pedrito necesita de nuestra ayuda para que otras generaciones puedan sentir la epifanía de observar a nuestra ave boricua de nombre extranjero. Los autores son biólogos y coordinadores en Puerto Rico del programa ebird.