Celebra el Recinto de Cayey cuatro décadas de excelencia
Enviado el 27 agosto 2007 - 2:58pm
Este artículo es reproducido por CienciaPR con permiso de la fuente original.


Por Carmen Millán Pabón / end.cmillan@elnuevodia.com
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Cuatro décadas le han servido a la Universidad de Puerto Rico (UPR) en Cayey para destacarse de entre otras instituciones, tanto en el área de la biotecnología como en las humanidades.
Y es que la unidad cayeyana de la UPR no se ha dormido con la brisa fresca y la temperatura del centro alto de la Isla.
En el entorno ecológico de 150 cuerdas en las que está enclavada la institución no existe ningún otro campus. “No es chiquito, pero nadie se pierde”, comentó el rector, Ram S. Lamba, al describir su recinto.
Hace 40 años, nació como el Colegio Universitario de Cayey. Ese 13 de agosto de 1967 entró la primera clase de 395 estudiantes, 19 profesores a tiempo completo y cuatro a nivel parcial.
Hoy, cuando en la mayoría de los edificios y en la plaza hay acceso a internet a través del sistema inalámbrico, el recinto tiene una matrícula de 3,750 estudiantes y una plantilla de 200 profesores. Y este año en particular, Lamba asegura que acaba de matricular una “clase de honor”, con un promedio académico de entrada de 3.66.
La competitividad no le es ajena a “los toritos”. Hace cuatro años que uno de los egresados resultó ser la nota más alta en la reválida de Contador Público Autorizado (CPA).
Este año, los estudiantes estrenan el NEC o Nuevo Edificio de Ciencias, que alberga 26 laboratorios de enseñanza e investigación, un anfiteatro y oficinas departamentales. Curiosamente, el NEC fue diseñado por el arquitecto Rodolfo Fernández, quien hace 40 años; a petición del entonces presidente de la UPR, don Jaime Benítez; tuvo la responsabilidad de diseñar los primeros edificios de la institución, factor que provee uniformidad arquitectónica.
En el área de las ciencias naturales, se realizan importantes proyectos de investigación en nanotecnología en coordinación con universidades del exterior. Uno de éstos explora la utilización de materiales bioactivos que pueden ser implantados en el cuerpo como huesos. Dicho proyecto se desarrolla en colaboración con la Universidad de Pennsylvania y la Universidad de Granada, en España. Otro proyecto, también de nanotecnología investiga cuan factible es la preparación de medicamentos con nano partículas de agentes catalíticos.
En los últimos años, “Cayey”, como se le identifica en el argot universitario, ha aumentado sus fondos federales para la investigación en un 200%.
Entre los programas nuevos destaca la secuencia curricular de estudio de género a nivel interdisciplinario y diseñado para los estudiantes de humanidades, estudios hispánicos e inglés.
Custodio de las colecciones permanentes de Ramón Frade y Lorenzo Homar, el Museo es otro de los orgullos del recinto cayeyano.
De cara “a los próximos 40 años”, más que llenar el campus y duplicar la matrícula, Lamba aspira fortalecer todos los programas académicos a través de acreditaciones.
Mientras, para celebrar las cuatro décadas, y enmarcados en el lema “40 Años de Cultura Universitaria”, han pautado 40 actividades culturales, musicales artísticas y académicas.
“Somos diferentes”, insistió Lamba, al decir que, contrario a la dinámica de otros recintos, el año pasado el Consejo de Estudiantes proclamó la institución como un “recinto de paz”.