Chicos buscan crear soluciones con robots

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Gloria Ruiz Kuilan / gruiz@elnuevodia.com
Un grupo de estudiantes de la Academia San Ignacio participó ayer en un taller para ayudarlos a competir en la Puerto Rico First Lego League. (ANA.ABRUNA@GFRMEDIA.COM)

Germán Rieckehoff y Khristopher Figueroa, de 13 y 11 años respectivamente, llevan alrededor de dos meses buscando soluciones a los problemas recurrentes que causan los fenómenos atmosféricos en la Isla.

Con eso mente, Germán -junto a un equipo de 48 estudiantes- trabaja en la confección de un robot que “evitaría y recogería las palmas que caigan sobre el tendido eléctrico”.

El robot lidiaría con una situación que, en caso de huracanes y fuertes vientos, deja a muchas comunidades sin servicio energético.

En el caso de Khristopher, el menor construye otro robot que despejaría de escombros las vías públicas después del paso de un fenómeno atmosférico.

El trabajo de estos dos preadolescentes y sus respectivos equipos forma parte de los esfuerzos que realizan como parte del Puerto Rico First Lego League (PRFLL).

Esta es una organización educativa que existe en Estados Unidos desde la década del noventa, explicó la directora del proyecto, Miray Ramy. La liga permite que estudiantes de entre 9 y 14 años se organicen -tras pagar un registro de $300- y comiencen a investigar un tema con la finalidad de construir un robot que deberá solucionar los problemas estudiados, dijo Ramy.

“Consiste en formar equipos -a través de la Isla- donde cada equipo tiene que destacar el tema del año, que en esta ocasión es la 'furia de la naturaleza'. Con este tema los chicos van investigando, identificando un problema dentro de Puerto Rico relacionado con el tema. Algunos han escogido tsunamis... otros terremotos u huracanes”, contó Ramy.

El robot debe estar listo en febrero próximo, cuando los estudiantes serán evaluados por un jurado. Los premios consisten en medallas y trofeos, dijo Ramy y desde ya los chicos van aprendiendo.

“He aprendido cómo usar los robots para ayudar a las personas. Yo he aprendido un poco de programación, las figuras y todo eso”, dijo Germán.

La directora del proyecto precisó que aunque los estudiantes pueden participar a nombre de una escuela, también lo pueden hacer como un grupo independiente. En Puerto Rico, once grupos fueron creados en septiembre y deberán completar su robot en febrero.

“Lo importante es que haya un adulto que funciona como líder del grupo”, dijo Ramy.

Charla educativa

Ayer, entre 80 a 100 niños y niñas que pertenecen a la PRFLL escucharon las charlas de un panel de expertos de temas ambientales en el teatro de la Universidad Metropolitana, que auspicia a dos de los once grupos de participantes en la competencia.

La primera en dirigirse a la cautiva audiencia fue la gerente del Servicio Nacional de Meteorología del programa de Avisos de Tsunami del Caribe, Christa G. von Hillebrandt Andrade.

La sismóloga le explicó a los asistentes que los tsunamis son “fenómenos naturales que pueden causar una devastación a lo largo de las costas de Puerto Rico, el Caribe y otras partes del mundo”.

La inquietud de los chicos giró en torno al tiempo que le toma al programa emitir una alerta oficial de tsunami. Los once minutos le parecieron un mundo a los chicos, sobre todo porque Von Hillebrandt Andrade explicó que hay que responder a esta emergencia y evacuar la gente o moverla a un lugar seguro en 5 a 20 minutos.

“Por eso tenemos que estar preparados de otras maneras no solamente desde la tecnología sino también con la sensibilidad humana de poder reconocer las señales de la naturaleza”, dijo la experta.

La tierra como aguacate

El sismólogo del Departamento de Geología de la Universidad de Puerto Rico, Alberto López, le habló al grupo de los terremotos. De una forma amena y fácil de entender, les explicó que la tierra tiembla al liberar el calor (energía) interno.

Comparó la corteza terrestre con un aguacate, donde la pepita era la Tierra. “Esa corteza terrestre es la que siente el terremoto”, dijo López.

Por su parte, la meteoróloga Ada Monzón, no solo los animó hasta escucharlos gritar y entusiasmarse por contestar, sino que les presentó un vídeo en donde les explicaba las diferencias entre las trombas marinas, los huracanes, las tormentas eléctricas, los tornados, y los meteoritos.

Las tormentas eléctricas son los eventos atmosféricos que más impactaron a Kristopher.

“Realmente es un misterio cómo pasan. Tenemos diferentes teorías”, comentó en un aparte con este diario.

Su padre, Kerr Figueroa, se mostró satisfecho de que su hijo pueda aprender de ciencia, matemática, ingeniería y tecnología de una manera amena.

“A él le gustan los legos desde siempre”, dijo Figueroa.

Solo falta que llegue febrero para que los chicos del PRFLL muestren sus creaciones o robots y lo que pueden hacer por el país.

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