Comprometidos con la educación ambiental

Este artículo es reproducido por CienciaPR con permiso de la fuente original.

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Por Gabriela Saker Jiménez Diálogo Digital De: Taller de Estudiantes En su ensayo “Lo que nos pasa”, el escritor Javier Ávila, cuestiona por qué “la popular campaña dice, Yo limpio a Puerto Rico en lugar de decir, Yo no ensucio a Puerto Rico”. Cuando de causas ambientales se trata, existe la tendencia de actuar a base de lo que ya está roto, en vez de enfocarse en las costuras para que no se descosan. En aras de subsanar los huecos de la educación ambiental en la Isla, que a veces es casi nula, los miembros de la Sociedad Eco Ambiental (SEA) de la Universidad de Puerto Rico en Río Piedras (UPR-RP), se han comprometido desde su fundación en 1993, a concienciar tanto a la comunidad universitaria, como al público en general. Para la SEA, los cambios nacen de adentro hacia afuera, y solo una buena enseñanza conduciría a la preservación ambiental, no porque algún superior lo ordena, sino porque la conciencia propia lleva a la acción. “Entre la gente, hace falta enseñar que ellos también son parte del ambiente”, expresa la presidenta Amira Odeh Quiñones. En cada trabajo que realizan, promueven la investigación y el estudio como punto de partida. De ahí, hacen público el conocimiento, enfocados en la relación entre acción y consecuencia. “Aquí no enseñan los porqués”, denuncia el vicepresidente Alexis Rivera Colón. La SEA presentó recientemente una campaña educativa a favor de la preservación del agua./Ricardo Alcaraz. Su trabajo de impacto más reciente ha sido una campaña a favor de la preservación del agua, y la reacción ha sido positiva. El también estudiante de física cuenta que han logrado que personas reemplacen botellas de agua por termos, y que se preocupen más por ahorrar este recurso. Para ello, ofrecieron charlas en escuelas y en centros de tutorías como Canteras, todo acompañado de una exposición en la Biblioteca José M. Lázaro de la UPRRP. En la exposición, a través de datos y estadísticas minuciosamente trabajados, enseñaban precisamente los porqués. También colocan mesas informativas y documentales en su Facultad de Ciencias Naturales. “Es bien poco el conocimiento de los estudiantes de la Facultad respecto a las causas ambientales”, se impresiona la integrante de la Sociedad, Ninoshka Morales Rivera, ya que en las mismas clases se tratan estos temas. A disminuir la huella de la basura “En las charlas, hemos dicho que la conservación del agua va unido al reciclaje y a reducir la huella de basura, porque la razón principal por lo que se están contaminando es, aparte de la actividad industrial, por la basura”, explica Rivera Colón. Así que, entre sus numerosas
prioridades, la SEA apunta a combatir la huella gigante de basura que
 aqueja a Puerto Rico. No descartan 
la acción como método de lucha.
 También participan en manifestaciones y promueven actividades.
 Anualmente, acuden varias veces 
a limpiar las playas del País. Odeh 
Quiñones cuenta que el 5 de julio del
 año pasado asistieron al Balneario 
Cerro Gordo en Vega Alta, aprove
chando que era después de un día 
festivo, y por lo general, las playas
 se llenan. Encontraron artículos de
 todo tipo, desde botellas de agua 
por doquier, hasta jeringuillas,
 condones, perros muertos en bolsas,
 ropas rotas, neumáticos, animales de sacrificio, lavadoras y neveras, en fin, objetos que debieron ser arrojados conscientemente en los predios de la playa. Como parte de la campaña se hizo un recogido de botellas de agua a trvés del Recinto de Río Piedras de la UPR./ Ricardo Alcarzaz. Debido al exceso de basura, decidieron que este año irán el mismo día festivo. Recogerán de la playa la basura en presencia de la multitud de gente, para que se visibilice, para educar. “Eso es lo que queremos evitar, no tener que recoger la basura el día después, sino concienciar a la gente para que no la tire, que con una bolsita es suficiente”, exclama Odeh Quiñones. A la vez, intentan inculcar la responsabilidad en las personas, para que no se conformen pensando que alguien va a recoger detrás de ellos. Además, durante la limpieza anual de playas que organiza Scuba Dogs Society, adoptaron la playa Palo Seco, entre Cataño y Toa Baja. Relatan que lo que más se encuentra son escobas, cubos de limpiar, galones de leche, entre otros artículos que la gente deja a la orilla de las carreteras o en los patios de sus casas, y que el río Bayamón arrastra hacia el mar. “Por eso hay que educar conectando todos los puntos”, comenta Rivera Colón. Solo de esa manera la gente puede notar que el simple hecho de arrojar un papel desde la ventanilla de un carro puede llegar a contaminar la misma agua que bebe, añade. Otras raíces del problema El exceso de basura que ya se acumula en los vertederos también conduce a otro debate. “No solamente no tenemos ya lugares para poner la basura, sino que hay un problema de sobreconsumo, si se consume demasiado, y se bota demasiado”, afirma Rivera Colón. Coinciden en que la solución para ello también reside en la educación, en enseñar a reducir y a reutilizar. Morales Rivera opinó que no hay mucha iniciativa para reducir la cantidad de desperdicios sólidos. “Incluso en la publicidad no te informan sobre lo que es cada producto”, denuncia la estudiante de nutrición y dietética. Propuso que podría habilitarse un espacio en los medios de comunicación que eduque sobre el proceso de descomposición de los desperdicios sólidos, para fomentar el uso de los artículos biodegradables. En torno al manejo gubernamental, el estudiante considera que no hay programas de reciclaje efectivos, pues en Puerto Rico se recicla menos del 20 por ciento de los desechos. Y aunque ambos valoran el esfuerzo de muchos municipios por implantar sistemas de reciclaje, consideran que tienen los medios para ser más efectivos. Incluso, Rivera Colón considera que la protección ambiental se ha politizado. “Cuando se acercan las elecciones, de repente aparecen numerosos programas de reciclaje, que luego, se quedan en la nada”, denuncia. Además, observó que cuando buscan soluciones, no son las más convenientes. Ese es el caso de las propuestas de incineradores, anteriormente en Guaynabo y ahora en Arecibo, que siempre han sido rechazadas por el público puertorriqueño. “Cuando uno quema basura sin discriminar, puede generar supertóxicos a partir de la combustión”, explica el estudiante. La SEA ya traza planes para su futuro. Para el año que viene, quieren instaurar un comité formal de limpieza de playas que organice numerosos recogidos. A su vez, prometen desarrollar una campaña de reciclaje tan eficaz y agresiva como lo ha sido su trabajo de preservación de agua. Y seguirán dándole fuerza al conocimiento ambiental, y a la capacidad transformadora de la educación para evitar los rotos en las costuras.