Descuido que enreda a las aves

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Por Gerardo Cordero / ENDI.COM endi.com detrás de un ave marina. Tomó su cámara fotográfica y documentó lo ocurrido ese soleado día, en abril pasado. Se trataba de una tijerilla que se enredó con un hilo de pescar al que además quedó amarrada una botella plástica de refresco. La situación de la tijerilla, sin embargo, no es algo aislado en nuestras playas donde cientos de aves, peces y animales marinos mueren o resultan seriamente lesionados al enredarse en hilos de pesca desechados por pescadores aficionados y profesionales. A fines de julio, en el malecón de Arecibo fue hallado muerto un joven pelícano marrón. El ave quedó enredada en hilo de pescar y eventualmente perdió la vida, lamentó el doctor Robert Mayer, profesor de zoología en la Universidad de Puerto Rico (UPR), Recinto de Aguadilla. “La mayor parte de las personas no son conscientes del daño que le puede causar un simple pedazo de hilo de pesca a muchas especies de animales, tanto como al ser humano”, sostuvo Mayer. “El hilo de pesca es un material sumamente resistente y fuerte que podría permanecer en el ambiente por aproximadamente 600 años. Este material pueda causar graves problemas a la vida silvestre y también al ser humano”, precisó el educador. Para combatir el problema, Mayer reveló que se ha creado el Programa de Recuperación y Reciclaje de Hilo de Pesca, subvencionado por las fundaciones Toyota y National Fish and Wildlife. El programa, con sede en Aguadilla, cuenta con el apoyo de jóvenes voluntarios, entre los que figuran buzos que con frecuencia rescatan manatíes en riesgo de muerte, ya que se encuentran enredados y lacerados por los resistentes y casi invisibles hilos. “Estos animales pueden permanecer amarrados a este material por largos periodos de tiempo o pueden morir de asfixia o perder extremidades a causa de gangrena causada por hilo apretado. La capacidad reproductiva y la movilidad de estos animales también se puede ver reducida causando cambios dramáticos en sus vidas”, observó el científico. “Hace poco recibí la llamada de un buen amigo, Keith Rittmaster, director del Cape Lookhout Studies Program en Carolina de Norte, quien me dijo que habían encontrado un carey con una aleta necrótica a causa de un enredo apretado con hilo de pescar. Este animal eventualmente fue rescatado y mientras el veterinario estaba amputándole la extremidad afectada, defecó sobre la mesa de operaciones una madeja de hilo de pesca”, relató el catedrático de la UPR. En el caso de aves como la tijerilla observada en Isla Verde, el profesor Miguel Acevedo dijo a Caza Noticias de ENDI.COM que esas aves se sumergen en el mar para capturar sus presas, sin embargo pernoctan en árboles de la costa. “He pensado que los hilos que he observado en tijerillas, en el Viejo San Juan, pueden ser de cabullas de chiringas. En el Paseo La Princesa he visto hilos de chiringas enredados en árboles y es posible que cuando la tijerilla llega a dormir se enrede con estos hilos”, opinó el profesor Acevedo. Mayer, por su parte, explicó que los estudios sistemáticos de la incidencia de este problema no son muy comunes y son difíciles de llevar a cabo. No obstante, datos recopilados en Estados Unidos reflejan que del 1980 al 1999 uno de cada cinco manatíes rescatados estaba enredado en hilo de pescar. También se ha documentado que del 1995 al 2000 unos 35 delfines murieron en el sureste de Estados Unidos a consecuencia de heridas y lesiones causadas por el hilo de pescar. El Departamento de Ciencias Naturales de la UPR en Aguadilla, además, informó que del 1999 al 2000 unas 265 aves marinas fueron rescatadas enredadas en hilo de pesca, pero de estas 92 murieron. El profesor Mayer contó que voluntarios del programa han encontrado tortugas enredadas y ahogadas en los pilotes del muelle de “Crash Boat” en Aguadilla, quizás uno de los lugares donde más hilo se acumula.