Distinción sobre los hombros

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Por Miguel A. Acevedo y Luis J. Villanueva-Rivera endi.com En las zonas urbanas, el Mozambique o Chango (Quiscalus niger) suele ser un ave fácil de ver por todas partes. Son pájaros negros, bastante alborotosos y andan en grupos. En Puerto Rico hay un ave endémica muy parecida al Mozambique que no es comúnmente vista porque está en peligro de extinción: la Mariquita (Agelaius xanthomus). La Mariquita se distingue de las otras aves negras de la Isla, como el Mozambique y la Calandria (Icterus portoricensis), porque tiene un parcho amarillo en el hombro. Otra característica que la diferencia es que está en la lista de especies en peligro de extinción. Hay estimados que indican que durante la década de 1970 menos de 300 individuos quedaban en la Isla. Hoy día, estimados indican que han logrado aumentar a más de 1,200 aves. Sin embargo, los peligros potenciales para su supervivencia, siguen presentes: la pérdida de hábitat y el parasitismo de sus nidos por el Tordo Lustroso (Molothrus bonariensis). El Tordo Lustroso pone sus huevos en los nidos de otras aves. De esta forma, no invierten energía criando sus hijos, sino que dejan que otras especies lo hagan. Más aún, los polluelos del Tordo crecen más rápido que los de la especie que los está criando, lo que les facilita acaparar el alimento que llevan los padres, lo que a su vez puede causar que algunos polluelos de la especie criadora mueran por falta de alimento. Un estudio encontró que el 95% de los nidos de la Mariquita eran parasitados por el Tordo Lustroso. Esta ave parasítica logró llegar a nuestras islas desde América del Sur gracias a la destrucción de los bosques, ya que es una especie de áreas abiertas. El Tordo Lustroso está presente en toda la isla de Puerto Rico, pero está ausente en Mona y Monito, por lo que las poblaciones de la Mariquita de estas islas, las cuales han sido estimadas en alrededor de 900 individuos, tienen una mayor probabilidad de sobrevivir la prueba del tiempo. Hace unos 60 años la Mariquita se encontraba en gran parte de los llanos costeros de Puerto Rico. Hoy, se puede observar en pocos lugares. Su distribución está limitada a la antigua base Roosevelt Roads, Isla de Mona y algunos bosques en el suroeste de Puerto Rico, como Boquerón y la Parguera. Fueron precisamente los llanos costeros los que fueron ampliamente modificados para cultivar caña a principios del siglo 20, lo que disminuyó significativamente el hábitat para esta especie. Esta especie construye sus nidos en árboles o puede usar cavidades en los troncos. Esto nos puede indicar que sin los bosques la Mariquita no se puede reproducir. La población en Isla de Mona también utiliza los abundantes acantilados para anidar. Ponen entre uno y cuatro huevos, y ambos padres alimentan a sus polluelos hasta que salen del nido, lo que les toma entre 13 y 16 días. Conservar la Mariquita es importante porque es exclusiva de nuestra Isla y porque se alimenta de insectos. Junto a otras aves, esta especie sirve de control biológico sobre varios insectos, reduciendo el efecto dañino que algunos tienen en los árboles y la agricultura. En ocasiones, la Mariquita se encuentran en bandadas o grupos de aves, junto a Tordos Lustrosos y a Mozambiques. Así que la próxima vez que estés observando aves en el suroeste y veas una bandada de Mozambiques, fíjate bien a ver si distingues un ave con los hombros amarillos, quizás estés observado una de nuestras especies endémicas, en peligro de extinción única en el mundo. Los autores son biólogos y coordinadores en Puerto Rico del programa ebird.