Empleados boricuas fuera de los recortes en Amgen
Enviado el 24 agosto 2007 - 12:42pm
Este artículo es reproducido por CienciaPR con permiso de la fuente original.


Por Aura N. Alfaro / aalfaro@elnuevodia.com
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La operación de Amgen en Puerto Rico por ahora se salva de un plan para recortar de 12% a 14% del personal que recién inició su empresa matriz como parte de las medidas para amortiguar el bajón anticipado en ventas de sus drogas para la anemia Epogen y Aranesp.
La principal empresa de biotecnología en el mundo anunció el miércoles que reducirá hasta 2,600 empleos de su fuerza laboral. En Puerto Rico, donde Amgen fabrica en Juncos parte del volumen mundial de ambos medicamentos en cuestión, la planta cuenta con 2,300 empleados permanentes y varios temporeros.
Miguel Pereira, principal gerente de comunicaciones de Amgen Puerto Rico, reiteró que las reducciones se harán mediante el reportado plan de separación voluntaria en los Estados Unidos. De acuerdo a como fluya ese plan, se decidirá si el mismo se implementa en otras subsidiarias alrededor del mundo, incluyendo Puerto Rico.
Pereira confirmó que los volúmenes de producción se están revisando en toda la multinacional, incluyendo la planta local, en la que Amgen ha desacelerado el ritmo de una expansión valorada en $1,000 millones, para aumentar la capacidad de producción de sus medicamentos.
El ejecutivo sostuvo que algunos de esos proyectos continúan.
“Hay edificios de los proyectos cuyo diseño se está evaluando, para que la opción sea la más eficiente y costo-efectiva posible”, sostuvo el portavoz, quien adelantó que “esas evaluaciones podrían tener un impacto sobre el inicio de las obras”.
Un proyecto que por ahora no sufrirá cambios es la ampliación del centro de control de infraestructura, que incluye los servicios de electricidad, aire acondicionado y agua potable.
A nivel global, el plan de reducción de la multinacional incluye reducir gastos de capital este año fiscal en $1,900 millones, cerrar ciertas operaciones de producción, incrementar eficiencia en otras, y revaluar las prioridades de sus operaciones de investigación y desarrollo.
Amgen tomó la decisión luego de que estudios indicaran que Aranesp y Epogen en dosis altas podrían empeorar el cáncer, incrementar el riesgo de trombosis y aumentar la tasa de mortalidad. También afectaron los cambios implantados en mayo del sistema de salud federal Medicare en el uso y cubierta para ambas drogas, el cual fue limitado.
Además, la Administración de Alimentos y Drogas Federal (FDA, por sus siglas en inglés) le requirió más estudios que valoren la seguridad de los medicamentos y ajustes en las advertencias de las etiquetas de los mismos, indicando que “pueden causar efectos adversos serios”.
Estas medidas son un fuerte golpe para Amgen, ya que el año pasado cerca de la mitad de sus ingresos de $14,300 millones fueron gracias a la venta de estos dos antianémicos.