En memoria de los manatíes fallecidos

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Por Liz Yanira Del Valle / Especial para El Nuevo Día endi.com Prohibido olvidar. El incidente reseñado recientemente en la prensa local como uno “aislado” por el cual se informó la muerte de cinco manatíes en la Bahía de San Juan impactados por una embarcación hasta hoy desconocida, escandalizó a todos los que de una forma u otra luchan por preservar la vida de este mamífero marino en peligro de extinción. Pareciera que toda aquella campaña educativa que trajo consigo la tierna historia de Moisés, el manatí, quedase como muchos asuntos del país: en los anales del olvido. Bien lo escribió el ya fenecido cantautor Tony Croatto en su melodía dedicada a Moisés: “Hoy al verlo me he puesto a reflexionar, el lugar de un manatí está en el mar. Quiero que a su mundo vuelva, pero siento el gran pesar, de por ser tan amigable, algún ser irresponsable, por maldad o por abuso, lo pueda matar”. Los bañistas, los capitanes de embarcaciones, los fanáticos de deportes acuáticos y demás habitantes de la Isla deben comprender que en los cuerpos de agua existen otras vidas cuyo hábitat permanente es precisamente los diferentes cuerpos de agua. Según, los científicos y especialistas involucrados en el caso, es probable que al momento del accidente los cinco animales estuvieran por aparearse. La unión terminó en una tragedia mortal para cuatro machos y una hembra. Agencias gubernamentales estatales y federales investigan el hecho y anuncian que laboran en conjunto un plan “interagencial para proteger a los manatíes”. El Departamento de Recursos Naturales (DRNA), la Red Caribeña de Varamientos (RCV), el Consorcio del Estuario de la Bahía de San Juan (CEBSJ), y las agencias federales tal y como el Servicio de Pesca y Vida Silvestre y la Administración Oceánica y Atmósferica realizan una investigación sobre el evento acaecido el pasado 16 de agosto. El doctor en oceanografía biológica, Antonio Mignucci y director de la RCV, explicó que anualmente se realizan varios censos aéreos para estimar la cantidad de especies de manatíes. En relación a los que habitan en el Estuario, el científico no puede precisar números. “Entran y salen del sistema del Estuario de la Bahía de San Juan procedentes de Toa Baja, Loíza, Carolina y de la propia zona capitalina. A la desembocadura del río Puerto Nuevo van a tomar agua dulce. Ellos transitan de un lugar a otro”, añadió a la vez que describió como muy doloroso todo este evento. “Es terrible, porque en un año promedio podemos trabajar con una cantidad estimada de cinco a 12 muertes de la población de manatíes bien sea por muerte natural o accidentes. Este suceso se remite a que en un mismo día fueron impactados de muerte cinco manatíes, que casi sería el 1.5% total de la población estimada que queda en la Isla, fluctuante entre los 300 a 350 ejemplares. Para Mignucci, quien lleva años laborando a favor de la especie, además es menester la revisión de las leyes de navegación, para establecer por lo menos una velocidad mínima todas la embarcaciones que naveguen por el área. Por su parte, Nilda Jiménez, bióloga marina del Laboratorio Pesquero del DRNA, indicó que estos eventos llaman a la responsabilidad de todos. “Estos animales viven por toda la costa de Puerto Rico. Nos quedan pocos y cada uno de nosotros puede contribuir a que no se extingan. Pienso que los conductores de cualquier embarcación deben tener tanta responsabilidad como la que tienen cuando conducen sus autos. Mucho más si se navega en las costas. Hay que recordar a la naturaleza que vive en el mar y al resto de los bañistas que nos rodean”, señaló.