Hallan en Isabela localidades de una planta en peligro de extinción desde 1985

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Por: 

Génesis Ibarra Vázquez
(Omar Monsegur Rivera)

Tras más de dos décadas sin detectarse nuevas localidades de una planta endémica de Puerto Rico y otros dos lugares del Caribe, un descubrimiento reciente en Isabela, en la proximidad del Bosque Estatal de Guajataca, renovó las esperanzas de protegerla, pues está en peligro de extinción desde 1985.

“Por décadas, la información que se tenía era mínima. Ahora, gracias a colaboraciones, estamos acumulando más para poder refinar nuestra estrategia para conservar la especie”, dijo a El Nuevo Día el biólogo y botánico Omar Monsegur Rivera, del Servicio de Pesca y Vida Silvestre de Estados Unidos (USFWS, por sus siglas en inglés).

Las nuevas localidades fueron identificadas inicialmente, hace unos dos años, por el biólogo José René Román, administrador del Bosque Estatal de Guajataca. Pero, no fue hasta febrero de este año que el USFWS –en colaboración con otras entidades– logró confirmar que se trata de esta especie.

“En esa zona nueva que inventariamos gracias al biólogo del Bosque de Guajataca, la población mínima se estima en 50 individuos. Suena poco, pero es mucho para lo que se sabía de la especie en el pasado”, resaltó Monsegur Rivera.

También se encontraron nuevos individuos en un área más cercana al Lago Guajataca. Esa localidad fue identificada originalmente por Alcides Morales, biólogo del Fideicomiso Para la Naturaleza.

Una de sus rarezas es que habita solo en Puerto Rico, las Islas Vírgenes Estadounidenses e Islas Vírgenes Británicas. En un principio, hace décadas, localmente fue identificada en Las Piedras Chiquitas, entre Salinas y Coamo; y en el lugar donde ahora se encontró nuevamente.

Monsegur Rivera, de la Oficina de Campo de Servicios Ecológicos del Caribe del USFWS, afirmó que, con toda probabilidad, hay más individuos de la especie –conocida también como St. Thomas prickly-ash– en otras áreas de Guajataca, Salinas y Coamo.

Precisamente, en una zona particular de Coamo, de donde tampoco hubo información actualizada por varias décadas, el investigador Thomas Heller, del Jardín Botánico de Inglaterra (Kew), identificó recientemente, al menos, siete individuos, según Monsegur Rivera.

En Guajataca, las nuevas poblaciones están en laderas empinadas, que Rivera describió como paredes de piedra. Este diario se reserva la ubicación exacta para proteger el hábitat.

Amenazada por desarrollo urbano

Por crecer asociada a bosques costeros o cercana a la costa, esta especie fue una de las impactadas por la deforestación para la agricultura intensiva y la tala de árboles para la producción de carbón hace un siglo.

Según Monsegur Rivera, la zona donde hoy sobrevive la planta en Guajataca no se vio tan impactada por la deforestación, pues no es de fácil acceso, pero el hábitat sí se vio impactado por la tala de madera.

“En los acantilados a lo largo del río Guajataca, ahí evidentemente no se llevaba a cabo agricultura intensiva, con todo y eso sí cortaban madera nuestros antepasados, nuestros abuelos, los jíbaros… pero no había agricultura intensiva, así que en esos pequeños bolsillos fue donde la especie sobrevivió y se mantiene hasta hoy”.

En la extensa zona de Guajataca, también hay otras especies raras o en peligro, como la Schoepfia arenaria, la Passiflora murucuja –un tipo de parcha que ocurre en Puerto Rico y República Dominicana–, y una bromelia rara que se llama Hohenbergia antillana.

Mucho trabajo por hacer

Un aspecto importante para la protección de esta especie es la defensa de su hábitat, impactado en lugares como Saint Thomas y Virgen Gorda, donde está en peligro por la construcción de casas en el entorno de la planta.

La Zanthoxylum thomasianum es una planta espinosa de la familia Rutaceae (Citrus). Sus ramas y hojas están armadas con espinas. Las flores son pequeñas y verdosas, y el fruto es una pequeña cápsula. Su biología reproductiva es dioica, lo que significa que la planta tiene sexos separados –hay plantas hembras y machos–, lo que reduce la posibilidad de que la población se reproduzca y dé semillas.

La identificación del sexo de los nuevos individuos en Guajataca y otros detalles es lo que los investigadores esperan determinar próximamente en estudios genéticos. Pero primero, su meta es identificar más poblaciones de la especie.

En los esfuerzos de protección colaboran, desde 2019, el USFWS, Kew, el Departamento de Recursos Naturales y Ambientales, la Universidad de Puerto Rico, el Servicio de Parques Nacionales de Estados Unidos y el National Park Trust of the Virgin Islands.

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