Solo dos cotorras en el Yunque sobrevivieron el embate del huracán María

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The Associated Press

Más del 50% de la población de cotorras puertorriqueñas en peligro de extinción de Puerto Rico desapareció después de que el huracán María destruyera su hábitat y su fuente de alimento el 20 de septiembre de 2017.

Según Jafet Velez Valentín, biólogo del Servicio de Pesca y Vida Silvestre, en el bosque tropical de El Yunque, solo dos de las 60 a 65 aves silvestres que vivieron allí sobrevivieron al ciclón categoría 4.

Solo 4 de 31 aves silvestres en el Bosque del Estado en Maricao sobrevivieron, junto con 75 de las 134 cotorras silvestres que viven en el bosque de Río Abajo en Utuado, según científicos.

No obstante, aseguran que aunque docenas de nuevas cotorras han nacido en cautiverio desde María, la especie sigue en peligro.

Las aves de frente roja crecen hasta casi un pie de largo, son conocidas por su secreto y generalmente se aparean de por vida y se reproducen una vez al año.

"El Yunque ofrece a la cotorra puertorriqueña un espacio vital no solo para la alimentación, sino también para aparearse. La principal razón por la que la cotorra puertorriqueña es una especie en peligro de extinción se debe a la pérdida de hábitat", sostuvo Valentín.

Más de 460 aves permanecen cautivas en los centros de reproducción en los bosques de El Yunque y Río Abajo, pero los científicos no han liberado ninguna de ellas desde el huracán María.

Un tercer centro de reproducción en Maricao no ha operado desde el huracán.

Los científicos ahora están tratando de determinar la mejor manera de preparar a las cotorras para su liberación ya que hay pocas aves en la naturaleza con las que pueden interactuar, y les preocupa que los bosques afectados por María puedan sostenerlas.

Una propuesta que los científicos considerarán es si capturar algunas de estas aves silvestres que quedan en el bosque del río Abajo y colocarlas en la misma jaula que las aves que se liberarán en la naturaleza, para que puedan aprender a emular su comportamiento social y asegurar su supervivencia.

Esa técnica ya se está utilizando en El Yunque, explica Iris Rodríguez Carmona, técnica de biología del Servicio de Pesca y Vida Silvestre de los Estados Unidos.

"Cuando liberamos cotorras, antes del huracán María, teníamos cotorras en la naturaleza, cuando tomábamos cotorras para liberar, teníamos jaulas en el bosque, en las que los cotorras que iban a ser liberadas pasaron unos 30 días socializando con las salvajes. Las cotorras en las jaulas de liberación estaban acostumbrados a ser alimentadas. Las salvajes le enseñaron a las otras cómo buscar comida y cómo sobrevivir a los depredadores”, detalló Rodríguez Carmona .

“A veces las cotorras salvajes regresan al aviario. Esa cotorra es realmente valiosa porque enseñará a las demás a ser liberadas para defenderse y encontrar su alimento", añadió.

Los científicos planean liberar 20 aves el próximo año en Río Abajo.

Otra propuesta es lanzar más cotorras en Maricao, donde los daños de María fueron menos severos,

Pero primero, los científicos deben asegurarse de que los bosques puedan ofrecer alimentos y refugio seguro, ya que la tormenta arrasó muchos árboles. Ahora, recolectan nuevos datos sobre el número de depredadores en El Yunque, incluido el guaraguao, un halcón de cola roja que caza cotorras puertorriqueñas.

Sin un dosel y un camuflaje adecuado, las cotorras silvestres se convierten en un blanco fácil, por lo que los científicos locales y federales apuestan a la plantación.

Para fines de noviembre, esperan tener un mapa que detalle las áreas más dañadas en El Yunque y una lista de las especies de árboles que pueden plantar y que son más resistentes a los huracanes.

Asimismo, se reunirán el próximo mes para debatir cuál es la mejor manera de revivir una especie que contó con más de un millón en el siglo 21, pero que se redujo a 13 aves durante la década de 1970, después de décadas de desmonte forestal.

"No tengo ninguna duda de que tenemos la cantidad de individuos, la tecnología, el conocimiento y el deseo de que vamos a recuperar esta especie nuevamente en su estado silvestre sin mayores contratiempos”, aseguró Valentín.

La Amazona puertorriqueña es la única cotorra nativa que queda en Puerto Rico y es una de las aproximadamente 30 especies de cotorras amazónicas que se encuentran en las Américas.

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