Ingeniero boricua persigue su sueño en el campo aeroespacial

Este artículo es reproducido por CienciaPR con permiso de la fuente original.

PDF versionPDF version

Contribución de CienciaPR: 

No

Por: 

Gerardo E. Alvarado León

Tras completar un bachillerato en Ingeniería Mecánica con una concentración menor en Física, el puertorriqueño Miguel Díaz López se apresta a dar el próximo paso en su formación académica: un doctorado que le permitirá hacer investigación aeroespacial, lo que describe como su “verdadera pasión”.

Díaz López, de 21 años y natural de Barranquitas, fue aceptado en la Universidad Johns Hopkins, en Maryland. Hará un doctorado en Ingeniería Mecánica, pero sus estudios se centrarán en aeroespacial, una disciplina que combina la aeronáutica con la astronáutica.

“Técnicamente, las clases comienzan en agosto, pero empezaré mi investigación antes… en algún momento entre junio y julio”, dijo a El Nuevo Día.

El joven ya tiene dos proyectos en agenda. En el primero, que es financiado por la Marina y la Fuerza Aérea de Estados Unidos, hará simulaciones computadorizadas sobre qué pasa cuando se viaja entre siete y 14 veces más rápido que la velocidad del sonido.

Mientras, en el segundo proyecto, que es financiado por la Administración Nacional de Aeronáutica y el Espacio (NASA, en inglés), colaborará en la misión de llevar nuevamente al ser humano a la Luna. Para lograr esta misión, la NASA creó el “Lunar Surface Innovation Consortium”, que agrupa a las mejores mentes en universidades estadounidenses.

Todo esto es sorpresivo, pero se siente extraordinario. Vengo de una familia en la que nadie ha ido a la universidad. Solo algunos terminaron la escuela superior y otros, incluso, tuvieron que dejar la escuela en cuarto grado porque tenían que trabajar para obtener dinero para la familia. Pensar solo en tener un bachillerato era una idea grandiosa, y ahora estaré en una de las mejores universidades del mundo haciendo un doctorado”, expuso.

Díaz López vive en El Bronx, Nueva York, desde que tiene cinco años. Su mudó allí junto a su madre y hermana. Al graduarse de kínder, donde tuvo problemas por no dominar el inglés, su madre decidió matricularlo en una escuela en Manhattan. La mujer confiaba que, en ese distrito metropolitano, su hijo recibiría una enseñanza “más amplia”, y no se equivocó.

“Me interesé por la música en tercer grado, cuando tenía siete u ocho años. Seguí en la escuela intermedia y en la superior asistí a la Frank Sinatra School of the Arts, que es especializada. Soy percusionista. La música es algo que amo… algo que practiqué sin parar por muchos días y que aún hago, aunque no como antes”, contó.

Mientras estaba en la escuela superior, asistió a un programa que lo prepararía para hacer una carrera universitaria en música. Mejoró sus habilidades y llegó a ser líder de sección –obtuvo un premio–, pero se dio cuenta de que las metas que tenía no las llenaba la percusión.

“Sentí que la música no me llevaría a donde quiero llegar en el futuro. Realmente, terminé amando las ciencias y las matemáticas mucho más que la música. Vi que esas disciplinas sí me van a llevar a donde quiero, que es una carrera en aeroespacial. Desde chiquito, siempre me imaginé trabajando para la NASA”, relató.

Así, Díaz López completó su bachillerato en la Escuela de Ingeniería de Manhattan College, que lo nombró “valedictorian” (rango más alto) para la clase subgraduada de 2020.

Durante sus cuatro años de estudios, se convirtió en el primer alumno de Manhattan College en ganar, el año pasado, la Barry M. Goldwater Scholarship, considerada la beca más prestigiosa en el campo de las ciencias, tecnología, ingeniería y matemáticas (STEM, en inglés) a nivel subgraduado. Ganó la beca por una investigación sobre la efectividad de los cascos para prevenir conmociones cerebrales en el deporte del lacrosse femenino.

“Con ese estudio, aprendí realmente sobre el proceso de investigación, cómo presentar los resultados y escribir artículos para revistas especializadas. Antes de eso, no sabía nada sobre investigación en ingeniería, y me dio el empuje para hacer investigación en otras áreas”, relató, al destacar que publicó un artículo sobre su investigación y, además, presentó los resultados en una conferencia en Salt Lake City, Utah.

También el año pasado, Díaz López pasó 10 semanas en la Universidad Técnica de Darmstadt, en Alemania, donde trabajó en el diseño de un estimador de velocidad preciso para un tranvía automatizado (“tram”).

“A veces, me pregunto qué he hecho para merecer todo lo que he vivido, pero sé que soy una persona que trabaja duro para lograr todo lo que quiere”, subrayó.

Tags: 

Categorías de Contenido: