La identidad de las tormentas y huracanes

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Por: 

Yaritza Santiago Caraballo

Ana, Bill, Claudette, Danny, Erika, Fred están entre los 21 nombres con los que se conocerán las tormentas y huracanes que podrían azotar  la región del Atlántico  en esta temporada ciclónica.

De hecho, los  primeros dos nombres en la lista, Ana y Bill, ya fueron usados este año por  el paso de dos tormentas tropicales, la primera, que fue Ana,  por la costa este de Estados Unidos, y Bill por  el Golfo de México.

Pero, ¿cómo es que estos sistemas atmosféricos llevan nombres de personas y quiénes están a cargo de escogerlos? Pues sepa que desde 1979, los meteorólogos de la  Organización  Meteorológica Mundial (OMM) son los  nombran estos fenómenos  atmosféricos para facilitar su   identificación  en las diversas poblaciones.

La  OMM es un organismo especializado de las Naciones Unidas que funge como portavoz del estado y comportamiento de la atmósfera terrestre, su interacción con los océanos, el clima que produce y la distribución resultante de los recursos hídricos.

Roberto García, director del Servicio Nacional de Meteorología en San Juan, explicó que  ese grupo de meteorólogos de la OMM se reúne cada seis años para diseñar la lista de  nombres que llevará cada una de las  tormentas y huracanes que  se registrarán en las cuencas del Atlántico y del Pacífico en los próximos seis años.

Esas listas, usualmente,  se componen de 21 nombres  usando  el orden del alfabeto. Todos los años, la lista alterna nombres masculinos con femeninos.

Por ejemplo, este año la lista comenzó con  Ana, luego Bill, luego seguirá Claudette, etc. En   2016, la lista  comenzará con el nombre de  Alex, seguido por Bonnie,  luego  Colin y sucesivamente.

Reduce la confusión

Esta estrategia de llamar a  las tormentas con nombres de personas, según García,   reduce  la confusión sobre cuál tormenta  se está informando. Antes no era así.  Durante la época de la colonización en el Caribe, estos fenómenos atmosféricos llevaban    el nombre del santo  del día en que azotaban.

Uno ejemplo de ello, es  el primer huracán   San Felipe de  1876 y   el segundo huracán San Felipe en 1928. Estos sistemas   afectaron a Puerto Rico el  13 septiembre de esos años,  el día  San Felipe. Otro huracán que  llevó el  último nombre de un  santo fue  Santa Clara en 1956.

"El problema es que cuando estos fenómenos salían del área  de Puerto Rico y entraban a otras islas, en esos territorios le ponían otros nombres porque allá había otro santo. Eso creaba confusión porque no había continuidad”, explicó García.

Para facilitar la situación, a principios de la década de 1950, Estados Unidos comenzó  a crear una lista de nombres  usando  alfabetos fonéticos  en inglés, pero no funcionó.

“Como era complicado, años después se introdujo otro alfabeto fonético a nivel internacional pero también se descartó ese método”, relató el meteorólogo.

Huracanes femeninos

Pero el  asunto no queda ahí. Según García, antes de  1953 los meteorólogos del Ejército de Estados Unidos y la Marina comenzaron  a ponerle nombres femeninos a  los huracanes. Uno fue el huracán Camille, que fue el tercer ciclón tropical más intenso de la temporada de huracanes en el Atlántico de 1969, y  anterior a ello fue el  huracán Dora,  uno de los seis huracanes mayores de  1964. 

“Para ellos (los meteorólogos) era más fácil identificar los huracanes con nombres de mujeres. Además, veían algunas características de los huracanes que asociaban con las mujeres. Ellos veían los huracanes como fenómenos impredecibles, así que decidieron ponerles nombres de mujer. Hoy día eso sería discriminatorio", apuntó García, al destacar que esa práctica terminó en 1979 cuando  la OMM incorporó nombres alternos de hombres y mujeres.

Un dato curioso es que para la cuenca del Atlántico,  los nombres  que  identifican esos fenómenos están en el idioma español, inglés y francés, como el fue el caso del huracán Georges que es un nombres francés.

Retirados de la lista

 Cabe destacar que la lista de nombre se realiza cada seis años y unas de las principales reglas es no volver a usar los nombres de aquellos huracanes que han escrito un capítulo en la historia mundial por su gran intensidad,  su destrucción, su impacto en la pérdida de vidas y de daños económicos en los territorios que azotaron. O sea, que esos nombres se retiran de las listas por siempre.

Es por esta razón, que  no se volverá a nombrar una tormenta o un   huracán bajo los nombres de  David, Dora, Federico,  Andrew, Sandy, Hugo, Mitch, Georges, y  Katrina, entre otros.

 No obstante, aquellos nombres de tormentas o huracanes que pasaron  sin  causaron  efectos pueden repetirse. Sobre eso García mencionó que  si este año 2015 ninguno de los fenómenos pronosticados tiene gran impacto, sus nombres se repetirían en la lista de 2021.

“Ya se ve. Este año tuvimos una tormenta llamada Ana. Ese nombre está en la lista desde 1979. No se ha retirado porque ninguno de los sistemas llamado Ana han causado mucha pérdida material ni  vidas”, sostuvo este experto.

Las listas, al momento, tampoco incluyen aquellos  nombres  que pueden ser sensitivos para las personas, como lo sería llamar una tormenta o huracán con el nombre de Fidel o Isis. “En la cuenca del Pacífico uno de los sistemas iban a llamarlo Fidel (el expresidente de Cuba), pero la comunidad cubana se opuso y lo retiraron de la lista. Hubo otro sistema que recientemente lo iban a llamar Isis (como el grupo radical árabe) pero se decidió no usarlo porque es muy sensitivo. Imagínate decir que Isis causó pérdidas de vidas en tal sitio, eso va a crear mucha confusión", destacó García.

Otro dato curioso es que si en una temporada activa de huracanes la cantidad  de estos sistemas   superan  los  21 nombres de la lista, como ha sucedido,  se continua  identificándolos  bajo el alfabeto griego: Alfa, Betta, Gamma, Delta y otros más.

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