La naturaleza para el pueblo

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Por Camile Roldán Soto El Nuevo Día Es más difícil mantener la conquista que conquistar. Así lo afirma Alexis Massol González, presidente del Fideicomiso Casa Pueblo en Adjuntas, organización que hace 30 años trabaja por la conservación de nuestros recursos naturales. Con tantos años de lucha en la memoria, Massol sabe bien de qué habla. Ha saboreado muchas veces la conquista, pero no descansa en ellas. No se lo permite. Él y sus cómplices en el proyecto comunitario -comenzando por su esposa Tinti Deyá y sus hijos Arturo, Alexis, Alex y Ariel (fallecido el año pasado)- continúan ideando formas de mantener viva la conciencia ciudadana en torno a la importancia de cuidar y preservar los tesoros de Puerto Rico para esta y futuras generaciones. “Nosotros estamos en la montaña, pero tenemos una visión nacional. Estamos comprometidos con la defensa de la integridad de nuestra patria geográfica y eso incluye la región de el Karso, Piñones, Yabucoa, Naguabo y dónde sea necesario”, apunta con el matiz severo que adquiere su voz cuando habla de la tierra y aquello que la amenaza. Pero que nadie se equivoque. Aunque colmado de pasión, el modelo que mantiene en pie a Casa Pueblo está lejos de ser impulsivo o retórico. Se sostiene sobre varios pilares, comenzando por una contundente base científica. Cada reclamo se respalda con un estudio minucioso y evidencia. Luego, está el componente cultural que es, en palabras de Massol, el “fusil artístico” de su trabajo, lo que le reviste de identidad y orgullo. A estos elementos se unen las manos bondadosas de fieles voluntarios, un modelo de economía ecológica y otro ingrediente que no puede faltar: el carácter optimista y soñador acerca de cada idea. Así lograron, en la década del 80, su primera meta: detener la explotación minera en una importante zona entre los pueblos de Adjuntas, Utuado, Lares y Jayuya. Tardaron 15 años en derrotar la iniciativa que hubiese significado una “catástrofe ecológica” de tremendas dimensiones. Fue una lucha de pequeñas conquistas que al final representó una gran victoria. Se salvaron 37 mil cuerdas de terreno, cuerpos de agua y comunidades. Espacio protegido Dentro de ese espacio se designaron mil cuerdas para establecer el Bosque del Pueblo, que hace 14 años Casa Pueblo comaneja junto al Departamento de Recursos Naturales y Ambientales, labor que le mereció a la organización el reconocimiento de la Red Iberoamericana de Bosques Modelo. “El Bosque Modelo de las Tierras de Adjuntas es un proyecto de desarrollo sustentable que sirve de luz a nuestros hermanos países a nivel mundial” lee la misiva en la que se comunica la noticia del galardón otorgado en junio. Para Massol, premiado con el Goldman Environmental Prize, equivalente al premio Nobel del Ambiente, este nuevo galardón valida el éxito de la gestión comunitaria bien dirigida y es, a su vez, motivación para seguir enfocado en una labor matizada por grandes obstáculos. Bosque Escuela En Jayuya, Casa Pueblo trabaja en habilitar el Bosque Escuela La Olimpia. En las mil cuerdas de terreno -cuna del Río Grande de Arecibo, que suple agua a 1.2 millones de habitantes- se desarrolla un Jardín Botánico y Agrícola. “Ya la gente está contribuyendo con colecciones de flores diversas y silvestres”, cuenta Massol. Las aportaciones ciudadanas son un componente esencial pues se trata, como es la costumbre de la organización, de un esfuerzo colaborativo. El espacio también contará con un jardín agrícola donde se cultivarán alimentos como el plátano, los lerenes y el chayote. En un país donde cerca del 85% de los alimentos que consumimos proviene del exterior, a Massol le parece particularmente importante fomentar la importancia de la agricultura amigable al ambiente. El bosque está siendo habilitado de manera tal que provea el mayor disfrute a sus visitantes. Para ello, habrá veredas interpretativas y espacios de descanso. Este bosque es el núcleo del corredor denominado Bosque Modelo en las tierras de Adjuntas. Para Massol la apertura -aún sin fecha- de este nuevo proyecto representa una conquista más. Un aliento para continuar.