Llega a la Isla el agua de los glaciares

Este artículo es reproducido por CienciaPR con permiso de la fuente original.

PDF versionPDF version

Contribución de CienciaPR: 

Este artículo es parte de una colaboración entre CienciaPR y el medio. Por ser contenido original generado por CienciaPR puede reproducirlo, siempre y cuando le de crédito al autor y a nuestra organización.

Autor de CienciaPR: 

Por Daniel A. Laó Dávila / Especial para El Nuevo Día endi.com El derretimiento de los glaciares de los continentes es uno de los efectos del aumento de temperatura de la atmósfera. Aunque la pérdida de hielo esté ocurriendo lejos de Puerto Rico, la ausencia de glaciares en la Isla no la exime de los efectos del calentamiento global. Y es que la atmósfera, los océanos, las rocas y la vida son sistemas que están interconectados y que son muy sensibles a cambios entre ellos. Muchos cambios climáticos han ocurrido a través de la historia de la Tierra. Ejemplos de estos son las diferentes épocas glaciares, siendo la última hace aproximadamente 12,000 años atrás. Variaciones en la configuración de los continentes, aperturas y cierres de cuencas oceánicas y levantamientos de cadenas montañosas por movimientos en las placas tectónicas han cambiado el clima en el pasado. El clima también se ha afectado por alteraciones leves en la órbita de la Tierra y por cambios en la intensidad del Sol. Pero estos cambios mencionados se han dado en ciclos de millones, cientos de miles y miles de años. El cambio abrupto en el clima de la Tierra en años recientes ha sido ligado a la actividad humana en la Tierra. El calentamiento global es el aumento en la temperatura promedio de la atmósfera y de los océanos en años recientes y proyectado al futuro. Los gases de efecto de invernadero como el dióxido de carbono y el metano, que ocurren naturalmente, atrapan la radiación solar en la atmósfera y hacen que ésta se caliente. Aunque la presencia de estos gases en la atmósfera es normal, su abundancia puede ser perjudicial para el estilo de vida que vivimos. Los científicos han estudiado este aumento de temperatura en el último siglo y coinciden en que la inyección de grandes cantidades de dióxido de carbono a la atmósfera por parte de la quema de combustibles fósiles en las plantas de carbón, industrias, actividades agrícolas y transporte desde el año 1800 hasta ahora ha elevado la temperatura de la atmósfera y por consecuencia del océano. Los efectos del calentamiento global son varios y pueden cambiar la forma en que vivimos. El derretimiento de los glaciares de Groenlandia y Antártida pueden causar que el nivel del mar suba de 0.5 a 2 metros en el próximo siglo. El aumento del nivel de mar erosionaría las playas más rápidamente y aumentaría la salinidad de los acuíferos costeros. Además, aumentarían las inundaciones costeras. Esto representa un peligro para nuestras ciudades y pueblos que se han esparcido hacia las costas y donde aumenta la construcción en ellas. El aumento en temperatura del océano también crearía más tormentas y huracanes, lo que afectaría nuestra infraestructura. La vida marina también estaría afectada, especialmente los corales que son muy sensitivos a los cambios de temperatura del mar. Los daños a los corales afectarían la pesca y el turismo. El cambio en temperatura de la atmósfera también afectaría la agricultura, especialmente las cosechas que dependen de temperaturas frescas para sobrevivir, como el café. Además aumentaría la perdida de humedad del suelo en áreas secas. Aún así podemos disminuir los efectos del calentamiento global si empezamos a actuar ahora. Al conservar energía en nuestros hogares, trabajos y transporte disminuimos las emisiones de dióxido de carbono producidas por la quema de combustibles fósiles. En fin, muchos países han tomado medidas para disminuir las emisiones de gases de invernadero. Puerto Rico no tiene que ser el último que lo haga y aporte al bienestar de nuestra sociedad. El autor es candidato a doctorado en Geología de la Universidad de Pittsburgh.