Los árboles no tienen la culpa

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Por Dra. Tamara Heartsill / Especial El Nuevo Día El Nuevo Día Me pareció interesante que salieran árboles como protagonistas en titulares de las noticias. Sí, árboles. Presentes en nuestro entorno diario y aquéllos que llevan a cabo tareas que benefician nuestra vida cotidiana. Hacía tiempo que no veía o escuchaba su mención en las noticias del día. Pero en esta ocasión los árboles fueron señalados como responsables de cosas negativas, de afectar adversamente la situación actual. Me sorprendí, pues no se mencionó cómo esos mismos árboles trabajan para el bienestar de nuestra vida diaria. No vi los siguientes titulares, que debieron haber estado en las noticias de todos los días- “Protección contra la lluvia ácida libre de costo y al alcance de todos: El agua de lluvia ácida filtrada por árboles mantiene un pH balanceado” “Fuertes escorrentías y derrumbes detenidos y disminuidos por las presencia de árboles y arbustos” “Árboles, hojas, ramas y troncos: Cada capa de vegetación sirve como reductor de velocidad de impacto de los aguaceros, lo cual minimiza la pérdida de suelo” “Filtran y limpian el aire de partículas de polvo del Sahara sin costo adicional” “Refrescan y echan flores a todos por igual: Las copas de árboles urbanos bloquean los rayos solares y disminuyen las temperaturas bajo sus copas, además de brindar belleza” “Cada hoja de un árbol contribuye a la calidad de vida al emitir oxígeno y consumir bióxido de carbono” En lugar de ser flexibles y creativos con el desarrollo de nuestro entorno, e incluir árboles en la planificación y diseño de nuestros espacios urbanos, áreas rurales y carreteras, hemos dejado que los alambrados eléctricos dicten el desarrollo y la apariencia de nuestro paisaje urbano. Si se dejara de sembrar, cuidar, dar mantenimiento apropiado y correcto a nuestros árboles urbanos, entonces todas las aceras de áreas urbanas y urbanizaciones, patios de edificios y escuelas tendrán sólo cemento irradiando calor y reflejando los rayos solares. Estaríamos sin resguardo, con aceras al sol, calor y con la molestosa resolana. En muchos lugares es posible repensar el diseño de los conductos de alambrados eléctricos (y otros alambres y cablería en general). Hay lugares aptos para soterrar alambrados eléctricos. En muchas ciudades del mundo las partes del frente de las casa, que dan a la calle y a los vecinos, son dominio de los árboles y arbustos, mientras que los callejones y patios traseros entonces acomodan la infraestructura de servicio eléctrico, telefónico, y demás. En esos lugares, se repensó la función de las aceras y los balcones de las casas, y se colocaron los alambrados lejos de éstos y de las entradas de edificios y residencias. Si el tendido eléctrico está ubicado en lugares seleccionados indiscriminadamente, o por lo menos sin considerar otras necesidades sociales, pues serán entonces los que ubican estas líneas quienes decidan la planificación del paisaje del país. Como ya hay ubicados postes a las aceras y las casas, entonces ¿nunca podrán haber árboles frente a éstas? Esa realidad parece terrible, poco práctica para el que camina y habita en la ciudad, sin mencionar poco estética. No hay tantos árboles en nuestras áreas urbanas. No he visto evidencia de que haya un “incremento ilimitado de siembra de árboles”, como se mencionase estos días, es más, muchos árboles se han talado en centros urbanos como el caso del Paseo de Diego en Río Piedras, por mencionar uno. Responsabilidad Hay que ser responsables con el manejo, cuido y poda de los árboles, en particular con los que están ubicados en zonas de alta densidad de desarrollo urbano. Una buena planificación y selección de la especie, es crucial al sembrar un árbol. Muchas veces esa planificación inicial está hecha y ha sido un proyecto bien pensado en el entorno actual al que se hace la siembra. Sin embargo, si cambian los alrededores de ese árbol, si se construye en el entorno inmediato donde está ubicado, entonces es que vienen los problemas, especialmente para el árbol, que es el que tendrá que pagar las consecuencias. Hay que considerar el espacio necesario para que, a la par de los cambios en la infraestructura, la vegetación continúe creciendo y contribuyendo a nuestro bienestar. Tal y como hay que darle mantenimiento a los edificios, los árboles en el entorno urb ano también requieren atención de parte de profesionales, cuido y mantenimiento a cambio de los todos beneficios que nos proveen. Por ejemplo, hay que ver como se lleva a cabo el desganche y la poda. Si el desganche y la poda se hacen incorrectamente, entonces son la causa de rebrotes inmediatos que alteran la forma de crecimiento del árbol, el tamaño y balance de la copa. Entonces sí que se afectan las líneas eléctricas y otras infraestructuras como las aceras. Cuando los árboles rebrotan y crecen como respuesta directa de podas incorrectas, se inicia un largo y tortuoso ciclo de podas que al final los llevará a ser eliminados por completo. La infraestructura eléctrica es necesaria para el desarrollo de las ciudades; es un servicio importante. Lo mismo con los árboles. Los árboles son parte de nuestro entorno, enriquecen el ambiente de tal manera que podemos vivir, respirar, que es la base de todos nuestros procesos biológicos como seres vivos. No son ellos los enemigos de la infraestructura eléctrica, ni del desarrollo; más bien son entes esenciales en la convivencia cotidiana. Tenemos que convivir con estos árboles. (La autora es científica del USDA, Forest Service, International Institute of Tropical Forestry)