Por Gerardo E. Alvarado León/galvarado@elnuevodia.com El Nuevo Día Se acerca el pico de la temporada de anidaje del tinglar y el Departamento de Recursos Naturales y Ambientales (DRNA) inició una serie de orientaciones a comunidades costeras para que minimicen la iluminicación artificial en el interior y exterior de sus viviendas y negocios. El secretario del DRNA, Daniel Galán Kercadó, indicó que la primera comunidad visitada fue Ocean Park, en San Juan, a cuyos residentes y comerciantes se les explicó que las luces artificiales en el área de la playa desorientan a los tinglares en su regreso al mar tras haber desovado en la arena. Galán Kercadó indicó que, en su regreso al mar, los tinglares y otras tortugas marinas se orientan por la luz de la luna, el reflejo de las estrellas en el agua o un horizonte iluminado. Algunas de las recomendaciones dadas a los residentes y comerciantes de Ocean Park fueron apagar y/o eliminar las luces innecesarias, evitar el uso de lámparas con luces de halógeno y alta presión en sodio, utilizar fuentes alternas de luz con baja presión en sodio de 35 watts, reemplazar las bombillas por unas de 25 watts con luz amarilla, colocar placas protectoras que impidan que la luz se dirija hacia la playa, usar detectores de movimiento como luces de seguridad, remover las lámparas de las ventanas y colocar tintes en las puertas y ventanas de cristal para reducir el 45% de la luz hacia afuera. Galán Kercadó señaló que a los residentes y comerciantes de Ocean Park se les dio hasta el domingo, 18 de marzo para que acojan estas y otras recomendaciones. De no hacerlo, advirtió, se expondrían a multas administrativas de la agencia. “La próxima comunidad que visitaremos será Isla Verde”, dijo Galán Kercadó al precisar que la época de anidaje del tinglar es de febrero a agosto. El tinglar es la tortuga marina más grande del mundo. Es la única con caparazón blando y con cinco crestas longitudinales. Se le considera una tortuga oceánica y se alimenta de aguavivas.