Pasión por el mundo y su arquitectura

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Por Mario Alegre Barrios / malegre@elnuevodia.com El Nuevo Día Sueña con ser arquitecto, pero antes de eso se ha empeñado en conocer en detalle la arquitectura del mundo -su geografía- como piedra de toque para comprender mejor la historia de la humanidad, su otra gran pasión. A Gilberto Manuel Marxuach Rodríguez -de trece años y estudiante de octavo grado de la Academia del Perpetuo Socorro- esa curiosidad insaciable le ha dado el honor de representar a Puerto Rico en la competencia nacional del National Geographic que -desde mañana martes- se celebrará en Washington D. C., destino al que Gilberto Manuel parte al amanecer de hoy, acompañado de su familia. Al joven de cabello revuelto y mirada avispada siempre le ha fascinado diseñar, a través del dibujo y también en la tridimensionalidad de los archifamosos Lego. “Llevo trabajando con Legos toda la vida”, asevera. “Mis clases predilectas en la escuela son -obviamente- las ciencias, la geografía y la historia”. Gilberto Manuel comenta que su pasión por la historia se apoya en la fascinación que le produce la geografía. “Siento que la geografía es algo que tiene un papel crucial en la historia del mundo”, explica. “Siempre se han entrelazado… el estudio de las dos materias me ayuda a comprender mejor por qué el mundo es como es. En esto también me ayudan mucho mis lecturas, que mayormente son sobre historia militar”. En la misma línea de pensamiento, el joven añade que quizá lo más valioso que ha aprendido de esta pasión es “comprender por qué los seres humanos de diversas partes del mundo son tan diferentes y a la vez con similitudes, sin importar dónde vivan... Al aprender de su ubicación geográfica, de su cultura, de su historia, los comprendo mejor”. Asimismo, cuando piensa en esto, descubre “el privilegio que tenemos por vivir en Puerto Rico”, sobre todo cuando reflexiona en los contrastes abismales que existen en niveles de pobreza, salud y educación, por ejemplo. “Hay infinidad de personas en otros lugares que llevan vidas muy distintas, muy diferentes a nosotros -apunta-, realidad que está definida por su geografía y, en el proceso, por su historia”. El desafío Respecto al reto, Gilberto Manuel confiesa que, aunque siempre creyó que “podía llegar” a la final, nunca imaginó que lo haría. “Claro que estoy sorprendido, y a la vez me siento muy honrado por la responsabilidad de representar a Puerto Rico a nivel nacional, contra los mejores de Estados Unidos”, apunta. Estaba de vacaciones en Culebra durante la Semana Santa cuando un amigo lo llamó para decirle que su maestra acababa de poner en Facebook que había ganado el privilegio de representar a Puerto Rico en la competencia nacional, luego de las rondas locales, primero en su escuela y, luego, en el marco regional de la Isla e Islas Vírgenes. Desde que se enteró de que competiría en Washington D. C., Gilberto Manuel y su padre se impusieron la rutina de estudiar de dos a tres horas diarias, proceso en el que ambos no solo han depurado sus conocimientos geográficos, sino en el que también han afirmado su ya de por sí acendrada relación personal. En el certamen, mañana habrá una ronda con los 54 participantes de EE.UU. y Puerto Rico, de donde saldrán los diez finalistas que disputarán el triunfo el próximo jueves. Gilberto padre reitera que este ha sido un proceso muy enriquecedor para ambos, tanto en lo académico como en lo afectivo. “Nuestra relación siempre ha sido estupenda, pero desde que empezamos a estudiar juntos ha sido mejor, si cabe... Cada vez que nos sentamos a estudiar nos divertimos mucho”. “Es un proyecto común y un trabajo en equipo -añade-. No tanto con una jerarquía, sino colaborativo, casi de igual a igual, aunque, desde luego, quien tiene la prioridad de aprender es él. Se trata de una investigación común en la que las preguntas son el punto de partida para aprender algo”. Gilberto Manuel -a quién también le gusta mucho el voleibol, tocar guitarra, ir al gimnasio y estar con sus amigos- es optimista con el futuro, aunque sabe que las cosas en el país “están muy mal”, pero tiene la confianza de que habrán de mejorar “porque no podemos seguir así”. Y esto -tener un mejor país- es algo que en buena medida estará en manos de generaciones con jóvenes -ojalá- como Gilberto Manuel.