Premian labor ambiental de líder comunitaria

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Por: Maricelis Rivera Santos EL VOCERO Por casi dos décadas ha caminado por las calles y barriadas de Cataño, por los pasillos de la Corte federal, por las oficinas burocráticas de agencias, el Capitolio, La Fortaleza. En su constante caminar, ella ha procurado que su gente pudiera respirar sin miedo a morir, y a vivir fuera de aguas empantanadas de desechos y hasta a encontrar esperanza en su profunda pobreza. Ese apostolado de justicia social de Rosa Hilda Ramos, su familia y su gente, hoy encuentra reconocimiento. La líder de las Comunidades Unidas Contra la Contaminación (CUCCO) recibirá hoy el Premio Medioambiental Goldman, un galardón internacional casi equivalente al Nobel en esa categoría. Ramos es –a juicio de muchos– la heroína principal del logro de que la cuenca aérea de Guaynabo, San Juan y Cataño sea hoy más limpia que hace 20 años atrás. Fue premiada también "por enfrentar intereses gubernamentales y corporativos, por mejorar el ambiente y las condiciones de vida en sus comunidades". Otro de los logros que le adjudica el Goldman es ser una abuela puertorriqueña que logró la protección de una valiosa ciénaga: Las Cucharillas, la cual el cuatrienio pasado fue designada como reserva natural. "A la sombra de las fábricas contaminantes de Cataño, Ramos dirige un movimiento que lucha por brindar protección permanente a la ciénaga Las Cucharillas, uno de los últimos espacios abiertos que quedan en esa zona y uno de los ecosistemas de humedal más grande de la región", indicó el fundador de la organización, Richard N. Goldman. Dijo que en su decimonoveno año, el Premio Goldman reconoce a personas comunes y corrientes de todo el mundo que realizan una labor espectacular desde su entorno. Ramos mencionó en una entrevista con EL VOCERO que ha estado muy nerviosa y que al principio no quería aceptarlo porque ella entiende que el trabajo ha sido de toda la comunidad. Pero, luego pudo meditar y dijo que la noticia de recibirlo la ha ayudado a recordar por qué era importante que todos dieran su lucha. A los 63 años de edad, considera que el premio le aviva la fuerza para "seguir haciendo cosas por el pueblo de Cataño". Su próximo frente es la Junta de Planificación (JP) para que acabe de delimitar los linderos de la reserva y se puedan hacer los proyectos que la comunidad ha ideado. La ama de casa, como siempre se ha autodenominado, empezó su lucha entre el 1990 y 1991 cuando su madre y su padre fallecieron por cáncer digestivo. Tras haber convertido su casa, en Marina Bahía, en un verdadero hospital sabía que tenía que donar tanto equipo médico a gente que lo necesitara. Fue así que empezó a caminar por las calles del pueblo y comenzó a ver a demasiada gente usando máquinas de oxígeno, con traqueotomías. "De verdad me horroricé por lo que vi", recalcó. Poco a poco ató cabos, recordó que en las trasnoches con la enfermedad de sus padres observaba determinadas horas en que sus vecinos prendían las luces y descubrió que eran los momentos en que los niños y ancianos sufrían ataques de asma. "No se podía respirar por lo denso de los tóxicos y yo no tenía aire acondicionado", mencionó. Ramos recordó que sus padres comían mucha carne en parrilladas al aire libre y su temor aumentó. En ese momento se publicó que Cataño era número uno en incidencia de todos los tipos de cáncer. Comenzó a pensar qué sería de sus hijos Diana, Vivian y Mario. No dormía bien en las noches, lo que sentía era la brisa densa. Pero, su esposo Mariano Antoni y ella habían comprado la casa con muchas ilusiones. Con el apoyo de él, a quien considera el verdadero protagonista, empezó su lucha. Esa lucha la ha llevado a ser perito en complicados temas científicos y técnicos impensados para una ama de casa. Logró reducir las emisiones tóxicas al aire y el agua de la Autoridad de Energía Eléctrica (AEE) y otras industrias y hoy su mayor recompensa y felicidad "es tener aire limpio y no tener miedo" mientras observa a su nieto Daniel. Su lucha, sin embargo, no ha estado exenta de tropiezos. En la actualidad, enfrenta una demanda por una nueva modalidad "slapp" (Strategic Litigation Against Public Participation). Ella va a luchar para que en Puerto Rico, al igual que en 31 estados, se legisle para prohibirla porque es un tipo de demanda dirigida a líderes ambientales y comunitarios de clase media para acallarlos. "Ese tipo de demanda convierte a la Constitución en un poema sin peso real", aseveró. Junto a Ramos, Goldman premió también a otras cinco personas de Mozambique, Ecuador, Bélgica, México y Rusia. Camilla Fieldman, del Sierra Club, fue la persona que la nominó. La dirigente ambiental explica que "Rosa Hilda es una visionaria… Se le considera una de las pocas personas en Puerto Rico que ha logrado llevar a su pueblo a una verdadera victoria".