Resurge la vida coralina en la laguna del Condado

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Por Gerardo E. Alvarado León / galvarado@elnuevodia.com endi.com A un año de la instalación de 42 nódulos de arrecifes de coral artificiales en el fondo de la laguna del Condado, la vida marina en ese ecosistema ha aumentado, tanto en cantidad de individuos como en diversidad de especies. Peces nuevos o poco comunes, pequeñas praderas de yerbas marinas y colonias de coral creciendo sobre los nódulos son sólo tres ejemplos de cómo la naturaleza puede regenerarse con la ayuda del ser humano, que muchas veces es su peor enemigo. Jorge Bauzá, científico ambiental del Programa del Estuario de la Bahía de San Juan, ente que coordina la iniciativa de corredores y veredas de arrecifes de coral artificiales, indicó ayer que la meta inicial del proyecto se cumplió: aumentar la vida marina en 90%. “Lo más importante es el reclutamiento de coral. Tenemos más de 30 colonias en crecimiento, que usan los nódulos como sustrato (base)”, dijo Bauzá al explicar que estos organismos llegan a través de las corrientes marinas como pequeñas larvas y se adhieren al nódulo artificial al notar que se trata de una plataforma estable. Aún es prematuro saber qué tipo de especies de coral se desarrollarán, pero entre las posibilidades se encuentran el coral de dedos, montaña de mostaza y de cerebro. En recorrido a nado por la vereda submarina, El Nuevo Día constató la presencia de especies de peces como el cirujano, pargo, colirrubia, salmonete, guanábano moteado y la cachicata, entre otros. Todos, con sus tonalidades azules, amarillas y verdes, se movían entre los nódulos color marrón. Algunos se alimentaban. Es probable que otros se estuvieran reproduciendo. Era notable la presencia de erizos. En tanto, Héctor Ruiz, de la compañía HJR Reefscaping, detalló que en un período de un año las especies de peces en el área donde se instalaron los nódulos han aumentado de 10 a 25, según un monitoreo realizado a principios de esta semana. Agregó que en el mismo período, la cantidad de individuos se elevó de 95 a 360. Pero no siempre fue así, aclaró Bauzá. El experto se refirió a que durante el primer trimestre del proyecto la cantidad de peces se redujo debido a que “acuaristas” los pescaban para venderlos en “pet shops”. “Se intervino amablemente con estas personas y se les informó que no podían pescar en esta área. Se colocaron rótulos y tuvimos éxito”, comentó Bauzá al recordar que desde 2004 la laguna del Condado fue declarada como un “área de no captura”. Agregó que la instalación de los 42 nódulos en la laguna, que se extienden por 100 metros, fue parte de la mitigación del daño ambiental que causó en 1994 el encallamiento de la barcaza Morris J. Berman, que derramó más de 1.5 millones de litros de aceite. Por su parte, el director ejecutivo del Programa, Javier Laureano, sostuvo que otro hecho que ha favorecido el florecimiento de la vida marina en la laguna fue el cierre el año pasado de la estación de bombas Colomer, eliminando así las descargas de aguas usadas. Los funcionarios del Programa instaron a la ciudadanía a visitar el corredor submarino. También exhortaron a los universitarios a realizar inventarios aquí sobre la cantidad y tipo de especies presentes, así como de las actividades que se están realizando.

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