Salto tecnológico para el desarrollo

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Editorial El Nuevo Día La formulación de una visión común sobre el desarrollo y uso de tecnologías de información y comunicación, así como su implantación por parte de todos los sectores de nuestra sociedad es requisito necesario para mantener la competitividad de la Isla, promover la inversión y generar empleos. La inversión en la utilización de estas tecnologías informativas para proporcionar crecimiento económico se ha hecho más significativa en estos tiempos en que los gobiernos luchan para contrarrestar los efectos de una crisis fiscal mundial. Sin embargo, el desenfoque de Puerto Rico en este aspecto ha reducido nuestra ventaja competitiva, según el Foro Económico Mundial que en su más reciente Informe Global de Tecnología de la Información, ubicó a la Isla en la posición número 45 de 133 economías evaluadas, tres por debajo de la posición obtenida el año pasado. Y aunque el análisis del Foro Mundial revela que la Isla posee cierta sofisticación en las tecnologías informativas , y se ubica entre los primeros 50 puestos, en ciertas variables como exportación de alta tecnología (17), alcance del uso de Internet en los negocios (25), acceso a contenido digital (35), número de líneas telefónicas (49) y disponibilidad a alta tecnología, fracasamos en lo que respecta a visión de futuro y el rol del Gobierno en impulsarlo. La Isla muestra rezago también en otras variables asociadas con acceso tecnológico, como, por ejemplo, el que el acceso a Internet está relegado a sólo una cuarta parte de nuestra población. El informe del Foro Mundial es contundente al señalar que “la aparente falta de enfoque en las tecnologías informativas en la agenda del Gobierno, es causa de una preocupación que sigue avanzando” y reafirma además otras debilidades harto conocidas en el plano macroeconómico e institucional como la obligación tributaria y el peso regulatorio, entre otras. Mientras la Isla continúa desaprovechando las oportunidades de crecimiento y desarrollo en el área tecnológica, aquellos países que han reconocido este potencial, como Suecia, Singapur y Dinamarca, se colocaron en el tope de la lista gracias a una ingeniosa utilización de las tecnologías informativas en iniciativas muy enfocadas en materia de educación e innovación que hacen posible un desarrollo económico sostenible a largo plazo. Y es que mientras el liderato político del País continúe enfocando su mira en el premio electoral de cada cuatro años, es improbable que se otorgue rango de prioridad al fortalecimiento de la informática y las comunicaciones como herramientas esenciales de desarrollo económico. Países como Suecia, Singapur, Canadá, Italia y Corea, entre muchos otros, han reconocido que se trata también de una herramienta de desarrollo social que puede contribuir grandemente al mejoramiento educativo, ofertas de salud y otros servicios esenciales gubernamentales. Según el Foro Mundial, la inversión en informática y comunicación puede ayudar a un país a aumentar su producto interior bruto en de 0.6 a 0.7% anualmente en promedio, por cada aumento de 10% de penetración tecnológica en los hogares. Este impacto se crea por la combinación de efectos directos e indirectos que incluyen la inversión en infraestructura tanto por el sector privado como público, el aumento de empleo en el sector tecnológico, la proliferación de servicios, aumentos en la productividad y oportunidades de exportación de tecnologías de conocimiento. La innovación y el uso de tecnología tienen que trascender el ciclo a que los han sometido los partidos, reduciéndolas a promesas de campaña para impresionar a votantes. Pero para eso hace falta voluntad, visión común y una perspectiva clara, sin otra atadura que la cosecha de beneficios económicos y sociales, producto de un sector público y un sector privado trabajando juntos desde una estrategia común de desarrollo.