Son de aquí: tijo o salamanquita

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Contribución de CienciaPR: 

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Por: 

Eddie Laboy Nieves

Te presentamos al tijo, uno de los reptiles endémicos de Puerto Rico. También, lo llaman tijo, salamanquita, Santa Lucía o geco.

Datos:

Nombre científicoSphaerodactylus macrolepis

Características del animal: Los tijos son lagartos gecónidos y representan el grupo de reptiles más pequeños de Puerto Rico, llegando a medir desde la punta del hocico hasta la apertura de la cloaca entre 2.0 y 2.5 cm. Tienen hábitos relativamente crípticos y viven en el suelo tanto en áreas boscosas secas o húmedas de las llanuras y las montañas, como en lugares urbanos. Raras veces trepan árboles o paredes. Presentan movimientos extremos, ya que se desplazan lentamente y de repente arrancan con rapidez. La variedad de colores de la  piel de estos lagartos los hace muy llamativos, puesto que presentan tonos pardos, anaranjado brillante o policromáticos. Una característica única de esta especie es que poseen dos puntos blancuzcos empotrados en una mancha ovalada y oscura sobre la nuca. 

Alimentación: son voraces carnívoros y se alimentan principalmente de pequeños artrópodos (hormigas, colémbolos y termitas) y de larvas que capturan en el suelo.

Estimado de población: Los tijos son relativamente abundantes en todo el archipiélago boricua. El género Sphaerodactylus está representado por nueve especies distintas, dependiendo del lugar donde habitan. Por ejemplo,  S. roosevelty vive en Vieques y las áreas costeras del este y el sur de la isla grande,S. nicholsi (áreas costeras del norte y el oeste), S. gaigeae (Sierra de la Pandura), y S. levinsi (Islote de Desecheo). La especie  S. macrolepis tiene nueve subespecies, es la que presenta la más amplia biodistribución, y es la más cosmopolita de los tijos.

Datos curiosos: Estos reptiles son mudos y tienen la capacidad de mover independientemente sus ojos. Son animalitos sumamente mansos y no dudan en treparse en nuestras manos. Sin embargo, son tan gráciles que a veces el solo tocarlos o manejarlos incorrectamente desprende su fina piel e incluso su cola. La mirada de estos lagartijitos evoca sentimientos de ternura y delicadeza.

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