Vibra la presencia boricua en la EPA
Enviado el 29 mayo 2007 - 11:16am
Este artículo es reproducido por CienciaPR con permiso de la fuente original.


Por José A. Delgado / jdelgado@elnuevodia.com
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WASHINGTON – La ciencia boricua está insertada en los esfuerzos del Gobierno de Estados Unidos por generar tecnología de construcción ‘verde’ y profundizar las investigaciones sobre los riesgos de contaminación en el medioambiente.
La doctora Doris Betancourt, microbióloga ambiental, y la ingeniera química Jackeline Moya son dos puntales del equipo investigativo de la Agencia Estadounidense de Protección Ambiental (EPA, por sus siglas en inglés) dedicado a lidiar con el manejo de riesgos.
Las dos son parte de varias decenas de puertorriqueños que laboran en puestos claves en la EPA, según la dirección y empleados de esa dependencia federal cuya misión es proteger el medioambiente de las amenazas que contra éste se ciernen.
Betancourt, quien trabaja en la EPA en Carolina del Norte, investiga los factores de riesgo en ambientes internos, sobre todo el desarrollo de hongos.
“Permanecemos en lugares cerrados casi un 90% de nuestro tiempo, sea en las escuelas, trabajo o las casas. Recreamos en el laboratorio esos espacios. Si no se controlan los biocontaminantes se generan enfermedades respiratorias”, dijo Betancourt, quien se quedó trabajando con la EPA en 2002, tras completar su doctorado en la Universidad de Carolina del Norte.
Hasta entonces, era profesora en el Recinto Universitario de Mayagüez (RUM).
Betancourt destacó que la EPA trabaja con empresas de construcción que se someten sus pruebas sobre el desarrollo de tecnología verde.
Productos de construcción, como paneles, son estudiados en la EPA para determinar si son resistentes al hongo. “Las empresas tienen sus propios controles de calidad y se someten a las pruebas pues esperan tener un buen rendimiento”, dijo Betancourt.
En Washington, la ingeniera química Jackeline Moya – graduada del RUM y con 23 años en la EPA-, analiza los resultados de investigaciones sobre los riesgos en el ambiente exterior.
Los análisis se hacen en zonas que se sospecha están contaminadas y brindan particular atención a los más pequeños y a las personas de la tercera edad.
“Los niños son particularmente susceptibles, pues sus cuerpos y su sistema inmunológico no están bien desarrollados”, indicó.
Moya expresa entusiasmo por las investigaciones que ha hecho en torno a la probabilidad de una persona estar expuesta a un compuesto volátil a través del agua que se utiliza en casa, como la ducha y máquinas de lavar ropa.
“La ducha es generalmente el mayor riesgo de contaminación. La persona está físicamente expuesta, el agua es caliente y eso puede generar compuestos volátiles. Encender el abánico del baño y abrir la ventana del baño, si existe, suele reducir los riesgos (en áreas contaminadas)”, afirmó.
Las investigaciones de la EPA a la que ha estado vinculada Moya también se han centrado en medir el consumo inadvertido de tierra por parte de los niños.
Moya es una de las veteranas boricuas de la EPA. Llegó a Washington como parte de un grupo de diez graduados del RUM que la EPA reclutó en Puerto Rico. De ese grupo, sólo quedan en la oficina central de la EPA ella y otra persona más.
“Me gusta el trabajo que estoy haciendo y el hecho de que puedo aplicar la ciencia a proveer información básica que sirve para reducir riesgos y que eso se traduce en una mejor salud ambiental”, sostuvo Moya, cuyo esposo trabaja en el centro espacial Goddard, de la NASA, en Maryland.