Vulnerable el coral

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Por Edwin A. Hernández Delgado / Especial para El Nuevo Día endi.com El deterioro acelerado de los arrecifes de coral en Puerto Rico es uno sin precedentes. Una combinación de factores acumulativos antropogénicos, entre ellos el deterioro en la calidad del agua como consecuencia del patrón histórico del mal uso de muchos de los terrenos, el deterioro de las cuencas hidrográficas y la sobrepesca, así como los efectos del cambio climático, han contribuido a su pérdida. Los informes recientes del Panel Internacional sobre el Cambio Climático, al igual que la literatura científica, proveen evidencia contundente e inequívoca sobre los impactos biológicos y ambientales del cambio climático en el planeta. Dichos efectos, en combinación con los factores locales humanos, pueden resultar en daños aún mayores e irreversibles para los atribulados arrecifes de coral. Durante los pasados dos años los arrecifes de coral de Puerto Rico han sufrido una catástrofe ecológica sin precedentes recientes debido a una mortandad de 30 a 60% de la superficie viva de los corales constructores de arrecifes. Esto fue como consecuencia del estrés asociado a un evento de blanqueamiento (pérdida de sus algas simbióticas conocidas como zooxantelas) debido al calentamiento inusual y prolongado del agua durante el 2005. Este evento fue seguido de un brote masivo de enfermedades letales en los corales. Esto nos ha puesto de manifiesto la vulnerabilidad de dichos ecosistemas ante un escenario de calentamiento global y la necesidad urgente de reevaluar y reenfocar nuestras estrategias para su manejo. ¿Qué hacer? El Departamento de Recursos Naturales (DRNA) debe considerar reactualizar el Inventario de Arrecifes de Coral de Puerto Rico del 1979; desarrollar un Plan Nacional de Manejo de los Arrecifes de Coral de Puerto Rico; y completar el desarrollo de planes de manejo individuales para todas las áreas marinas protegidas (AMPs) cónsono con el Plan Nacional propuesto. Además, debe implementar programas de monitoreo ecológico multidisciplinario de arrecifes de coral, los cuales respondan a preguntas experimentales e hipótesis concernientes a medir la efectividad de los programas de manejo; revisar, actualizar y reenfocar las prioridades identificadas en el “Local Action Strategy Plan” e incluir prioridades tales como los efectos del cambio climático, la recuperación de los arrecifes de coral y las pesquerías arrecifales. Otras opciones recomendadas incluyen desarrollar una iniciativa para la recuperación de los arrecifes de coral que identifique las áreas prioritarias para la restauración ecológica; identificar y documentar la condición actual y distribución espacial de aquellas especies prioritarias de corales para desarrollar estrategias de propagación y reintroducción a los arrecifes de coral; y fomentar la acuacultura y el transplante de corales cultivados como estrategias de recuperación. Hay muchas otras acciones que requieren ser consideradas urgentemente. Si en Puerto Rico aspiramos a tener arrecifes limpios, sanos, con múltiples colores, con corales vivos y peces para enseñarles a las generaciones futuras, necesitamos comenzar a trabajar desde ahora de forma colaborativa y desde una perspectiva multidisciplinaria, multiagencial y multisectorial en la sociedad. La inacción continua podría resultar en la pérdida de uno de nuestros recursos más valiosos para el sostenimiento socioeconómico del País. El autor es catedrático de la Universidad de Puerto Rico y es especialista en arrecifes de coral.