Columna de opinión publicada originalmente en El Nuevo Día
Cuando estaba yo en tercer grado me mandaron a colorear un mapa de las américas con símbolos representando los recursos naturales de los diferentes países—ganado, minas, cultivos, etc. Puerto Rico salía en el mapa, pero, contrariamente incluso a islas vecinas, estaba desolado de los pequeños trofeos representantes de los recursos naturales existentes. “Es que, por ser tan chiquitos”, nos explicó la maestra con autoridad y lástima “aquí no hay recursos naturales.”