Atomic and molecular adsorption on Au(111)
Atomic and molecular adsorption on Au(111)
Yohaselly Santiago-Rodríguez, Jeffrey A. Herron, María C. Curet-Arana, Manos Mavrikakis
Atomic and molecular adsorption on Au(111)
Yohaselly Santiago-Rodríguez, Jeffrey A. Herron, María C. Curet-Arana, Manos Mavrikakis
Había una canción de salsa muy famosa de Héctor Lavoe que decía “Todo tiene su final. Nada dura para siempre…”. Y es cierto. Pero como toda coordenada lineal el tiempo tiene dos direcciones: una hacia el futuro y otra hacia el pasado. Así que la contraparte temporal de ese aforismo es “Todo tiene su principio. Nada ha existido desde siempre.”
La semana pasada (del 17 al 22 de febrero) tuve la oportunidad de participar en el primer taller de científicos en etapas tempranas de su carrera interesados en el estudio de las reservas de carbono en las profundidades de La Tierra o el carbono profundo. El taller fue auspiciado por el Observatorio de Carbono Profundo o DCO (por sus siglas en Inglés). El mismo reunió 40 científicos de 15 países envueltos en los diferentes aspectos del DCO: Vida en las Profundidades (Deep Life), Energía en las Profundidades (Deep Energy), Reservas y Flujos (Energy and Fluxes) y Física y Qímica Extrema (Extreme Physics and Chemistry).
Tener evidencia del pasado es esencial para preservar la cultura humana. La evidencia del pasado puede ser guardada en formato digital o en formato análogo; mediante fotografía o árboles genealógicos. Sin embargo, estas herramientas suelen ser poco útiles si queremos explorar nuestra historia hace siglos o milenios atrás.